China y Tibet 2007

lolyvill escribió:

Bueno, no llegamos a estar 5 horas, tampoco fue para tanto, y valió la pena

Bueno, desde las 4 que os levantastéis hasta las 9.45 que comprastéis las entradas hay casi 6 horas!!! Eso sí, la entrada merece mucho la pena y la espera..

caravanserai escribió:

lolyvill escribió:

Bueno, no llegamos a estar 5 horas, tampoco fue para tanto, y valió la pena

Bueno, desde las 4 que os levantastéis hasta las 9.45 que comprastéis las entradas hay casi 6 horas!!! Eso sí, la entrada merece mucho la pena y la espera..

A ver, tú si curras 8 horas al día tampoco lo cuentas desde la hora de levantarte, ni metes el tiempo de desplazamiento hasta tu trabajo. Pues aquí es lo mismo. Qué tendrá que ver que nos levantáramos a las 4, a esa hora no estábamos en el Potala!

¿Para cuando el siguiente capitulo??

Pues estaba esperando a que lo pusiera Lau, porque el día siguiente fue su cumpleaños... pero casi lo cuelgo yo cuando vuelva de Dubai y Sri Lanka, que esta mujer también se marcha a Mozambique y si esperamos por ella nos van a salir telarañas

La semana del 23 lo pongo!

Jueeee, Dubai, Mozambique...¿vuestros padres estaran ya curaos de... envidia, no???

Venga, el 23 lo espero, sino ya estare el 24 recordandotelo XDDDDD

Pasadlo mu bien por allá!! y fotos a la vuelta!

Bueno, después de esta larga espera, os pongo el capítulo siguiente. Ya aviso de que es muy largo!!

Día 1 de octubre de 2007- Lhasa: cumpleaños de Lau y Txema!

Nos levantamos tempranito, había que estar en el Potala a las 8:30 de la mañana! Claro que, al lado del madrugón del día anterior, tampoco era para tanto... Fuimos caminando hacia allí. No se veían aún muchos extranjeros, aunque sí había multitud de tibetanos rezando o recorriendo la kora del Potala. Me encantó especialmente una señora, que iba toda feliz con su rueda de oración y su ovejita, era más curriña!


Qué riquiña!

Llegamos temprano a las puertas del palacio, y esperamos un momento. Junto a nosotros, decenas de peregrinos hacían cola para entrar en el Potala, por el módico precio de 1 yuan. Era un espectáculo ver cómo iban vestidos, con sus trenzas, gorros, dagas y adornos diversos, llevando en muchos casos el inevitable recipiente de mantequilla de yak... Éramos afortunados, por haber conseguido entradas para ese primer turno, en el que los tibetanos visitaban el palacio del Dalai Lama


Antes de entrar

Poco después pasábamos un control y empezábamos el ascenso a la parte superior, rodeados de peregrinos, por unas rampas y escaleras que llevaban hasta la parte privada del palacio. Costaba un poco subir, pero al cabo de un rato estábamos por fin arriba de todo, en un pequeño patio desde el que se accedía a las habitaciones del Dalai Lama. Aprovechamos que había una pequeña tienda para comprar unas galletitas (estábamos sin desayunar!) y entramos en el Potrang Karpo (el Palacio Blanco) a través de unas empinadas escaleras; estábamos en la parte del Potala destinada a la vida cotidiana del Dalai Lama, separada por un corredor del Palacio Rojo. Dentro del Potala está estrictamente prohibido sacar fotos, a no ser en las zonas al aire libre, así que las que os pongo son las que he podido encontrar por internet.


Peregrinas


La plaza ante el Potala empezaba a llenarse de gente...


Entrando en el Palacio Blanco

Esta parte del Potala fue construida en tiempos del 5º Dalai Lama, en el siglo XVII, y ampliada por el 13º, ya en el siglo XX. La parte que se puede ver corresponde a los aposentos de los 13 y 14º Dalai Lamas; se sube hasta la parte del tejado, y siguiendo unos corredores se llega a una sala de recepción, con un trono y un mural que representa la tierra legendaria de Shambala. En ella hay un retrato del 13º Dalai Lama; antiguamente junto a él se hallaba otro del 14º Dalai, el actual, pero los chinos lo quitaron por motivos políticos. A partir de aquí se visitan los aposentos privados, donde se puede ver una sala de té, otra de meditaciones y la habitación del 14º Dalai Lama. Es una pasada ver cómo se comportan los peregrinos ante estas salas donde vivía el hombre que para ellos es el mayor ejemplo a seguir; avanzan despacio, con total devoción, rezan, se arrodillan, dejan katas (una especie de bufandas blancas de seda) y vierten mantequilla de yak, hasta rebosar, en unos grandes recipientes donde hay varias mechas encendidas, que están por todas partes. Nos sentíamos privilegiados por visitar el Potala junto a ellos. Lau y yo estamos fascinadas por la gente, las ancianas de largas trenzas anudadas, los padres rezando con sus hijos atados a la espalda… En un momento dado a una mujer se le cae su niño, y el pequeño rompe a llorar; lástima no tener un caramelo que darle para que sonría.


Sala de recepción


Detalle de la decoración

Por la ventana de una de estas estancias privadas del Dalai Lama se veía la gran plaza artificial que hay frente al Potala, abarrotada de militares chinos, en una ceremonia de conmemoración del Día Nacional de China, el 1 de octubre... Celebraban su día en el corazón del Tibet, y nosotros lo veíamos desde las habitaciones del líder espiritual exiliado… qué triste. El pueblo tibetano no tenía nada que celebrar

Por todas partes el olor a mantequilla de yak quemándose lo impregna todo. Seguimos recorriendo los corredores y llegamos a la parte del Palacio Rojo, el Potrang Marpo. La decoración interior nos sorprende por su riqueza y su colorido. Desde esta parte se puede acceder a veces a los tejados, pero esta vez no, mala suerte... En esta parte del Palacio están los chörtens que contienen los cuerpos del 5º al 14º Dalai Lamas (menos el 6º, que era un crápula del 15 y desapareció). Hay una serie de capillas por las que se va pasando, en las que la gente reza ante los libros sagrados del budismo y las hermosas estatuas que hay en ellas. Impresiona. En los niveles superiores están los chörtens de los Dalai Lamas 7º, 8º, 9º y 13º; este último suele estar cerrado muchas veces, mide 14 metros y está hecho de oro. Supuestamente contiene nada menos que 100.000 perlas!! La tumba del 7º mide 9 metros, con piedras preciosas incrustadas; muy cerca, también muy chula, está la del 9º.
Después se baja a otras capillas en las que hay estatuas de deidades y reyes religiosos del Tibet y Shambala; son una pasada, y el oro abunda en algunas de ellas!


Corredor


Estatua

Por último, en el piso de abajo se llega a la Gran Sala de Asambleas, grande, rodeada de columnas cubiertas de seda, donde está el trono del 7º Dalai Lama. Desde ahí, se pasa a 4 capillas, algunas dedicadas a maestros de la secta Geluk, otros de la India, etc. Y por fin, se llega a la capilla Dzamling Gyenchik, que contiene la tumba del 5º Dalai Lama, de 14 metros de altura. Este Chörten está hecho con 3.700 kilos de oro y cubierto de joyas y piedras preciosas incrustadas. Es impresionante... Y también ver a los peregrinos ante los chörtens, con una devoción sobrecogedora a veces. Si pensamos en todo el oro que tienen delante, y aún así dejan billetes (muy pequeños, eso sí, lo equivalente a 5 o 10 céntimos de euro)... Nos impacta el contraste entre la pobreza de los tibetanos y la grandiosidad de la riqueza de los chörtens de los Dalai Lamas.


Sala de Asambleas


Chörten del 5º Dalai Lama!

Aún flipando, acabamos saliendo por una puerta cercana a la torre Norte, en la parte de atrás, y bajamos de nuevo por unas escaleras y rampas hasta la parte de abajo. Ahí conocimos a una señora mayor de Hawaii muy simpática, con mucha energía vital, que nos contó que era viuda, pero no pensaba dejar que la tristeza la aplastase. Era un encanto, una mujer que rebosaba vitalidad Fuimos bajando con ella un rato. Desde allí se veía muy bien Lhasa, rodeada de montañas, y daba pena... la zona tibetana era minúscula comparada con la enorme extensión que habían construido los chinos, edificando sin orden ni concierto, incluso encima de circuitos de peregrinación, como el Lingkor, que ha quedado truncado. Pobre Lhasa, pobre Tíbet...


Lhasa

Seguimos bajando, por un camino flanqueado por piedras grabadas y muchas banderas de oración, y finalmente acabamos saliendo del recinto del Potala por la puerta ante la que habíamos hecho cola la noche anterior.


Bajando

Al salir, los chicos estaban cansados y decidieron regresar al hostel a descansar un poco. Lau y yo, mientras, nos quedamos en la zona del Potala. Cruzamos la calle y llegamos a una zona donde hay varias stupas blancas alineadas. Una de ellas tiene una especie de mirador, y pensamos que las vistas no debían estar mal, así que subimos. Había que pagar 2 yuans, pero valía la pena, las vistas eran chulas, lo que se ve en las típicas fotos del Potala con unas stupas blancas.


Las stupas


Las dos hermanas, felices!

Desde ahí bajamos a la plaza frente al Potala. La ceremonia de los chinos había terminado ya, por suerte, y no había mucha gente. Estuvimos un rato por allí, observando a la gente que pasaba. Había alguna gente que ofrecía disfraces pseudo-“tibetanos”, en una especie de fusión de estilos china, y hasta pasó una novia por allí, ataviada al gusto más puramente occidental, de blanco y un poco horterilla Es una lástima observar incluso en un lugar como ése los síntomas de la homogeneización cultural que se está produciendo en todo el mundo...

Día 1 de octubre de 2007- Lhasa: cumpleaños de Lau y Txema! (2ª parte)

Una vez salimos de allí nos dirigimos al Jokhang, el principal monasterio budista del Tibet. Vaya dos platos fuertes para una sola mañana! una buena manera de celebrar el cumpleaños de Laura, sin duda!! Fuimos caminando a nuestro ritmo, viendo la vida en las calles de Lhasa, metiéndonos por otras calles menos transitadas, hasta que por fin salimos a la plaza del Barkhor. Al acercarnos al Jokhang, el panorama era bastante distinto al de otras veces; la entrada estaba atestada de personas rezando en sus esterillas.



Pagamos la entrada (70Y) y nos dieron a cada una una entrada/cd-rom. Después entramos en el templo, atestado de gente. Llegamos a un patio cuadrado, en el que antiguamente los monjes celebraban sus asambleas, y nos sumamos a la cola que iba recorriendo las distintas capillas en el sentido de las agujas del reloj. La práctica totalidad de las personas que estaban allí eran tibetanos; de nuevo veríamos el lugar entre peregrinos, sólo que aquí había muchísimos más! Casi todo el mundo llevaba consigo un recipiente con mantequilla de yak: jarras, termos, etc. Después verterían el contenido en las múltiples lámparas, alrededor de las cuales el suelo estaba bastante resbaladizo, a veces había que pisar con cuidado! Siempre siguiendo la cola, detrás de unas viejecitas de largas trenzas, llegamos al santuario interior, rodeado de capillas. Por momentos el ambiente era un poco opresivo, pues ibas entrando en las capillas y la gente empujaba, lo que unido a la atmósfera un tanto lóbrega, iluminada por las velitas, y al olor penetrante, no ayudaba mucho a no agobiarse. Pero el templo era muy hermoso, lleno de estatuas de distintos tamaños que la gente veneraba con gran devoción, de nuevo dejando infinidad de billetes hasta en el mínimo resquicio que se podía ver. Las más impresionantes eran un par de grandes estatuas de Maitreya y el Jowo Sakyamuni, la más sagrada de todo el Tibet.


Estatua de Padmasambhava, un maestro tántrico indio que introdujo el budismo en el Tibet


El Jowo Sakyamuni

Este templo, a diferencia de otros, no está dominado por ninguna de las sectas del budismo tibetano, por lo que se pueden ver elementos típicos de varias de ellas. Fuimos recorriendo el templo, contemplando las distintas estatuas (y a la gente, lo que era un espectáculo en sí mismo), flipando con la decoración, el oro, la ornamentación… fue toda una experiencia, pese a que por momentos no lo disfrutáramos del todo por la aglomeración de gente No vimos todas las capillas abiertas, sino que desistimos de entrar en algunas de las últimas, en las que había cosas menos interesantes, por no meternos de nuevo en el barullo opresivo que empujaba. Luego subimos al piso de arriba, pero había poco que ver allí, la mayoría de las salas estaban cerradas (al parecer, muchas de estas estancias están reservadas sólo a los monjes que viven en el Jokhang).


Una de las capillas


Interior del Jokhang desde el piso de arriba

Después subimos al tejado, donde las vistas eran preciosas. Al fondo, el Potala y las montañas, y ante nosotras muchas figuras doradas, ruedas de la vida, leones tibetanos y demás hacían del tejado un lugar muy interesante. Los monjes tenían montado un puesto de té en el que vendían también souvenirs, pero no le hicimos mucho caso; parecía tener más éxito entre los chinos. Estuvimos un rato por allí, fijándonos en los pequeños detalles, y después bajamos para dar otra vuelta a la kora del Barkhor. Pero esta vez no la completamos, sino que tras una parada para fijarnos en el templo de Meru Nyingba, un poco escondido, nos metimos por las callejuelas del barrio tibetano, hacia la parte de Lhasa donde está la escuela de niños ciegos de Braille Without Borders, que fundó Sabriye Tenberken. De camino allí compramos unas patatas fritas grandes en un puesto callejero, con picante por encima, para engañar un poco al estómago, ya había un poco de hambre! En algunas calles vimos mesas de billar donde jugaban los niños, era muy curioso, estaban instaladas allí como lo más normal del mundo (habría que exportar futbolines al Tibet!).


El Potala desde el tejado


Panorámica de los tejados


Ese monje, aunque lo parezca, no estaba posando para nosotras!


Detalles




Templo de Meru Nyingba

Salimos a una gran avenida, y no encontrábamos por ningún sitio la escuela, parecía que la hubieran escondido!! Lo que sí encontramos fue un puesto donde vendían caramelos, y Lau compró una gran bolsa para futuras ocasiones. Dimos mil vueltas, preguntamos, y nada… Además, íbamos a llegar tarde! Pero por fin, tras meternos varias veces por sitios equivocados, una afortunada casualidad nos llevó a la puerta correcta, habíamos encontrado la escuela! Se puede visitar los lunes y los viernes a las 14h. Por suerte, ese día había bastante gente, e hicieron dos turnos. Esperamos un rato sentadas con un grupo de holandeses que habían conocido el centro por la prensa. Algunos niños se acercaron a nosotros para hablar, y el tiempo de espera se pasó rápido

La historia de la escuela es muy interesante. La creó en 1997 Sabriye Tenberken, una chica alemana ciega, que viajando por el Tibet se dio cuenta de que no existían programas para ayudar y educar a la gente ciega. Al contrario, en algunos casos los niños ciegos eran incluso encerrados y marginados; además, se pensaba que la ceguera se debía a que habían hecho algo malo en su vida anterior. Sabriye desarrolló un sistema de lectura del alfabeto tibetano en Braille, y decidió crear un centro en Lhasa para educar a los niños ciegos, para poder mejorar sus oportunidades. Y ahí estabamos nosotras!


Lau en la puerta de la escuela

Visitamos la escuela guiadas por un chico joven, muy simpático, que había sido alumno del centro y ahora era profesor de inglés. Nos contó su historia y nos enseñó las instalaciones. Tenían buenos medios y materiales, una sala de informática adaptada para ciegos, dibujos en relieve, una maqueta para que los niños nuevos se familiarizaran con el edificio, etc. En el cuarto de los niños vimos que dormían 24 en la misma habitación, pero se organizaban muy bien, y les enseñaban a ser autosuficientes, limpiar ellos mismos, desplazarse sin ayuda... Una de las cosas más importantes es que a todos les enseñan un oficio, en función de las ilusiones de cada uno de los niños. Muchos de ellos optan por aprender a dar masajes, otros tienen la oportunidad de ir a la universidad, algo impensable hace unos años. Uno de los niños quería ser maestro de guitarra tibetana, y nos tocó una canción; y otro quería incluso ser taxista! Y ante la imposibilidad de conducir su propio coche, había decidido que en el futuro fundaría su propia escuela de taxis! En fin, un trabajo admirable. Debería haber más personas como Sabriye en el mundo


Impresora en braille


Máquina de escribir


Tocando la guitarra

Reflexionando sobre lo que estábamos viendo, pensé que contra todo pronóstico para esos niños el hecho de estar ciegos les había abierto una oportunidad que muchos niños tibetanos no tendrían; de todos los que vi en el Tibet, eran los que mejor vivían, mientras que muchos otros eran pobres, vivían en malas condiciones y estaban sucios Los niños del centro hablaban muy bien inglés, pero sin embargo es raro encontrar tibetanos que hablen inglés, ya sean niños o adultos. Y eso incrementa también las posibilidades de encontrar un trabajo mejor.

Al salir de allí vimos que era un poco tarde. Habíamos quedado a las 6 con los demás en la agencia del Banak Shol para conocer a los que serían nuestro guía y nuestro conductor y quedar con ellos al día siguiente, pero aún nos daba tiempo a comer algo. Vimos un restaurante en una terraza sobre la plaza del Barkhor, y allí subimos. Las vistas eran chulas; pedimos un par de cosas, y de paso nos comimos el peor pudding de chocolate del mundo (además, acostumbradas a las tartas de Dali y el Snowland, era todavía peor!). No teníamos mucho margen, pero decidimos hacer una vez más la kora del Barkhor, y al marcharnos vimos un puesto donde una señora vendía puertas de tela. Había algunas muy bonitas, y preguntamos los precios. Había distintas calidades, con diferencias de precio muy grandes; pero finalmente nos llevamos 2 de las mejores, que son las auténticas que usan ellos, por 50 Y cada una (unos 5€).


Desde el restaurante; se veían los tejados del Jokhang!


Tibetanas en el Barkhor


Puestos

Después nos tocó carrera hasta el Banak Shol, buscando atajos entre las calles del barrio tibetano, en medio de puestos callejeros de comida, carne y corazones de yak, y parando para sacar pasta, teníamos que pagar la parte del viaje al EBC que quedaba pendiente! Por fin llegamos, con un mínimo retraso, y allí estaban ya Jorge, Jonathan y Txema, esperándonos. Pagamos la parte correspondiente, y el señor nos presentó a Tsering, nuestro tibetano favorito, una de las personas con un corazón más puro que he conocido nunca; un encanto de chico, súper abrazable, y además era guapo!

Tras un ratito allí con él, ultimando los últimos detalles del viaje, quedamos para la mañana siguiente, temprano, y nos vamos. Pasamos un rato curioseando en las tiendas de cosas hippies y tibetanas, y le ayudo a Lau a regatear por una sudadera negra por si hace frío los días siguientes. De paso, pasamos por el Snowland y encargamos una tarta de chocolate entera, para la cena.

Al cabo de un rato en las tiendas volvimos al Snowland y nos encontramos con Anderson, al que habíamos invitado a unirse a la celebración del cumpleaños de Lau y Txema. Cenamos todos juntos, entre risas, con las camareras-hormiguitas confundiéndose continuamente y trayéndonos los platos de sopa de los israelíes de la mesa de al lado, eran un desastre! Y finalmente, la tarta! Estaba deliciosa, pero era muy grande, y nos sobró un buen trozo, que decidimos regalar a nuestros vecinos de mesa. Pero fueron tan bobos que no se la acabaron!


Txema con la tarta de cumpleaños!


Foto de todos después de la cena: Anderson, Jorge, Txema, Lau y yo

Después nos tomamos algo en la terraza del Dunya todos juntos y nos despedimos de Anderson con pena, seguramente no nos volveríamos a ver! Luego nos fuimos a dormir, impacientes, al día siguiente partíamos hacia el Everest!!


Espero que os haya gustado el capítulo! si no hay más contratiempos, esta semana intentaré seguir! Siguiente capítulo: Lhasa-lago Yamdrok Tso-Shigatse

WAW lolyvill! Que pasada! Muchas gracias por continuar este diario, de verdad! És espectacular!

I que sensacion debe dar entrar en el mismisimo POTALA! Madre mia! El dia que yo pueda hacer esto... Me moriré!! JEJEJE!

Muchas gracias por continuar, me encantan tus diarios! Me estoy leyendo el de Peru Chile i Bolivia y el de Sri Lanka i Dubai! Que envidiiiiia!!!! JEJE!

Por cierto! De que trabajas que viajas tanto???!!! Yo tambien quiero!!! XD!


NAda más y continua con estos diarios, que es un lujo!!!!

Adios!

Me alegro de que te guste el Diario!! Estoy pasando a word el siguiente capítulo, pronto os lo colgaré! falta ya poquito para el del Everest!

Estar en el Potala es una pasada, sobre todo si vas con los peregrinos, viendo cómo lo sienten todo... no se puede describir con palabras!

btc_93 escribió:

Por cierto! De que trabajas que viajas tanto???!!! Yo tambien quiero!!! XD!

Pues trabajo en comercio exterior, y así tengo la suerte de viajar unas cuantas veces al año por curro! pero no siempre es divertido... (muchas veces reconozco que sí!). Este año aún no me ha tocado, pero en junio me tocan 2 viajes, Grecia y Chipre y Egipto y Dubai (en este último moriré de calor cual pollo asado!).

Dentro de poco cuelgo el siguiente!!

eyyyyyyyyyyyyy por fin!!!!!!!!!!!!!!!!!

Yo quiero ir yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! Qué bonitoooooo!!! Sé que lo vamos a flipar!!

Esperamos el siguiente capítulo!!

Por cierto, cuando termines el diario les voy a mandar la dirección a mis compis de viaje para que vayan haciendo boca, jejeje!! y el de Caravan tb ;)

Gayofita escribió:

Por cierto, cuando termines el diario les voy a mandar la dirección a mis compis de viaje para que vayan haciendo boca, jejeje!! y el de Caravan tb ;)

Por mí perfecto! y si quieren preguntar alguna duda, o lo que sea, les echaré una mano encantada!!


Ahí va el siguiente capítulo:

Día 2 de octubre de 2007. Lhasa-Yamdrok Tso-Shigatse

Nos levantamos muy tempranito, pero el madrugón valió la pena, partíamos hacia el Campamento Base del Everest! A las 7 nos esperaban en la puerta del Aku Tonpa Jonathan y Tsering, con el conductor de nuestro mini-bus, un hombre muy simpático (pena que apenas hablase nada de inglés!). Al ver el vehículo, sorpresa! Es de 10 plazas y somos 7 en total... mucho mejor! Iremos más cómodos!

El día anterior, antes de ir a cenar, habíamos comprado algunas cosas para el camino, básicamente unos bollos, phoskitos de cola-cao, agua y oxígeno para el EBC. Metimos las mochilas pequeñas en el coche (las grandes nos las guardaron gratis en el Aku Tonpa hasta nuestro regreso) y las provisiones, y salimos.

Llegado un punto en el camino, un control militar nos para en un puente que cruza el río Yarlung Tsangpo. Tsering nos dice que esperemos en el coche, inquieto por la presencia de los militares chinos . Al parecer, no han dejado pasar a alguien, pero nosotros tenemos tanto el TTB como el PSB en regla y no hay problema, podemos continuar nuestro camino. El lugar es hermoso, y una vez pasado el momento de tensión le digo a Tsering que después me gustaría parar un momento a orillas del mítico río...


Paisaje tibetano de camino al Yamdrok Tso

El camino es largo, pero merece la pena. Los paisajes que hay de camino al Yamdrok-Tso, el lago turquesa, nos dejan impresionados... Aprovechamos para hablar con Jonathan y conocerle un poco más. Es majo, una persona interesante. Hablamos de muchas cosas con él, y al final acabamos sacando el tema espinoso del conflicto palestino-israelí. Fue súper interesante escuchar los puntos de vista y los razonamientos de una persona que vive diariamente el tema; nosotros no compartíamos algunas de sus posturas, pero nos ayudó a entender en parte el punto de vista de los israelíes moderados, que han nacido ya allí y sienten el país también como suyo, pero viven atemorizados por la posibilidad de atentados. En algunas cosas nos sorprendió su opinión, a favor de que Israel se acerque a la UE y no a EEUU, o en contra de la guerra de Irak. La pena es que ya no creyese que sea posible la paz, después de las cosas que estaban pasando en Israel y Palestina. En fin, ojalá en eso se equivoque. Nos estuvo animando a visitar Israel, a ver si algún día!

Entre la animada conversación íbamos recorriendo el Tibet, por unos paisajes inhóspitos que pronto dieron paso a altas montañas... nos metimos por una carretera escarpada llena de curvas, y empezamos a ascender por una montaña muy alta. Se veían casas de tibetanos cubiertas de excrementos de yak puestos a secar para utilizar como combustible en el invierno, y muchos yaks salvajes y vacas pastando en las laderas de las montañas. Qué hermoso...


Yaks pastando en las montañas

Por fin, llegamos a Kamba La, un puerto de montaña situado a nada menos que 4794 m., y desde allí divisamos uno de los paisajes más impresionantes que hemos visto nunca... a nuestros pies se extiende el precioso lago turquesa, y detrás de él algunos picos altísimos nos separan de Bhutan. No tenemos palabras para describirlo... Al ser un lugar donde suele parar la gente, hay un par de tibetanos que tienen allí un yak para que la gente se haga fotos con él, y alguna gente vendiendo cosas. Necesitamos ir al baño (beber 3-4 litros de agua al día para minimizar el mal de altura tiene sus efectos!), y hay “uno”, por llamarle baño a eso... es más bien una letrina muy cutre; nos cobran un par de yuans, y casi hay que aguantar la respiración... primera experiencia de baños chungos de camino al Everest. Después nos alejamos de la zona donde están con el yak e incluso un perro de las montañas, no nos interesan esas turistadas; subimos una colina que hay al lado, para ver mejor el lago y disfrutar del momento. Nos cuesta un poco subir, y eso que no es muy alta, pero nuestro cuerpo parece cansarse en cuestión de segundos... por fin, llegamos arriba. Como pensábamos, el paisaje es increíble hacia ambos lados: hacia uno, el lago, y hacia el otro las montañas del sur del Tibet. Precioso


Eso se supone que es el "baño"


El Yamdrok Tso


Yo, cansada por la subida pero feliz de estar en el lago turquesa!


Laura


Montañas tibetanas, hacia el lado opuesto al lago

Luego bajamos hasta un lugar donde había un montón de banderas de oración y khatas, dispuestas con cuerdas alrededor de un poste. Me encantan... veremos más cada vez que lleguemos a un puerto de montaña. Tras disfrutar un rato del lugar, volvimos al mini-bus. El gobierno chino había prohibido arbitrariamente que los vehículos llegasen a la orilla del lago, y la carretera que bajaba allí estaba cortada Así que teníamos que regresar por la misma, y después tomar el desvío a Shigatse, en vez de ir directamente por el atajo que pasa junto al lago y llega a Gyantse.


Banderas de oración


Yak

De regreso pasamos de nuevo por el puesto de control de los militares, pero esta vez fue más rápido todo. Un ratito después bajamos un momento para ver el río, en un punto lleno de banderas de oración y montoncitos de piedra dejados por la gente, y luego seguimos nuestro camino; primero atravesamos grandes extensiones verdes, de pastos y cultivos rodeados de montañas, y luego continuamos por una carretera encajonada entre el río y las montañas, siguiendo su curso. En lo alto de muchas colinas se veían pequeñas fortalezas, la mayoría en ruinas. Paramos un par de veces para estirar las piernas, y sobre las 13:00 paramos a comer en un pequeño restaurante a orillas del río, que les gustaba mucho a Tsering y al conductor. A nosotros no tanto, aunque la comida no estaba del todo mal. Lau y yo compartimos unas setas, arroz y huevos con tomate.


Primera parada en el río!


Lau


Paisaje...


Jorge, cerca del lugar donde comimos

Después de comer seguimos hacia Shigatse. Seguíamos a orillas del río, entre grandes montañas (algunas, curiosamente, cubiertas de arena; como veríamos más adelante, no es raro ver algún mini-desierto de dunas). La carretera seguía ahora por un terreno más amplio; llegamos a un punto donde el Yarlung Tsangpo se veía muy chulo; alguien quería bajar a mear, y aprovechamos para bajar un momento hasta la orilla y escribimos Tibet Ceibe (Tibet Libre) en la tierra húmeda!


Campesinos trabajando


Tibet Ceibe!!

Después volvimos al mini-bus, y continuamos nuestro camino. De repente, Jorge se dio cuenta de que le faltaba el móvil, mierda! Se lo había dejado en el hostel de Lhasa... Paramos para que pudiera llamar, y nada. Decían que no lo encontraban (y estábamos seguros de que se había quedado allí, pero ya habían limpiado la habitación!), y tuvimos que hacer un par de llamadas a España para anular la línea. Qué putada!! Mientras tanto, Lau y yo habíamos venido hablando de un profesor nuestro, de Ciencias Sociales, que había muerto hacía unos meses ; el mítico Salseiro. Se nos ocurrió una idea; bajamos hasta la orilla e hicimos un pequeño montoncito de piedras en su honor, junto al río cuyo nombre habíamos aprendido en sus clases de geografía mundial.


Va por ti, Salseiro

Menos de una hora después entrábamos en otra ciudad tibetana mítica, Shigatse. En ella está el monasterio de Tashilunpo, uno de los más importantes del budismo tibetano, pues en él vivía tradicionalmente el Panchen Lama. Además de esto, hay los restos de un dzong (fortaleza tibetana; fue dinamitado durante la revolución cultural) junto a un pequeño barrio local, y el Nuevo Palacio del Panchen, imitando el estilo del Potala, que se ve en lo alto de una colina cuando llegas a la ciudad. También hay una kora que rodea el monasterio; junto a ella, en la parte noroeste, hay un lugar de funerales celestes, pero es difícil conseguir ver uno, normalmente están vetados a los extranjeros. Tsering se quedó buscándonos alojamiento barato, con el conductor, y Jorge, Jonathan, Lau y yo fuimos a visitar el monasterio.


El Nuevo Palacio del Panchen Lama, que preside Shigatse

Día 2 de octubre de 2007. Lhasa-Yamdrok Tso-Shigatse (2ª parte)

El gran monasterio de Tashilunpo data de mediados del siglo XV; en la época del V Dalai Lama se le dio a su abad el título de Panchen Lama, y desde entonces este monasterio cobró una gran importancia en la estructura del budismo tibetano. En su momento llegaron a vivir en él hasta 5000 monjes, pero ahora sólo quedan unos 700. Su historia reciente es bastante triste... En 1960 el ejército chino rodeó el monasterio y detuvo a los 4000 monjes que vivían en él; después algunos fueron ejecutados, otros se suicidaron y otros fueron enviados a campos de trabajos forzados; en el monasterio sólo quedaron 200. Posteriormente sufrió la destrucción de gran parte de sus edificios, debido a su importancia dentro de la jerarquía religiosa tibetana.
Pero los problemas no acabaron en esa época. De hecho, aún en 1995 hubo un gran conflicto cuando se encontró a la reencarnación del X Panchen Lama, que había muerto años antes, y los chinos decidieron elegir ellos a otro Panchen Lama; entonces, los monjes de Tashilunpo se rebelaron contra esa imposición. El resultado, tras varios días de disturbios y tiroteos, fue la encarcelación o expulsión de muchos monjes, y sustitución de muchos por otros más sumisos o afines a los chinos. De hecho, el XI Panchen Lama, de sólo 6 años de edad, fue apresado junto con su familia y llevado a China, convirtiéndose en el preso político más joven del mundo. Por todo el monasterio es frecuente ver imágenes suyas.


El XI Panchen Lama

Entramos en Tashilunpo, tras pagar la entrada; en realidad es una ciudad monástica, enorme, con templos, salas de asamblea, residencias de monjes y oficinas administrativas. Lleva bastante tiempo verlo, pero vale la pena!! Desde la entrada principal hay una avenida que sube hasta un grupo de edificios más altos que el resto, donde están los principales puntos de interés del monasterio. Lo normal es empezar por la primera capilla a la izquierda e ir recorriendo el complejo.

Nos dirigimos a esa capilla, la de Maitreya, que es también la más grande de todas. Estaba abierta, y entramos... Impresionante!! Dentro había una estatua de Maitreya (el Buda del futuro) sentado en un trono de loto, de nada menos que 26 metros de altura! Al parecer la estructura está hecha de cobre y latón, y por encima recubierta de oro... dimos una vuelta alrededor, como siempre en el sentido de las agujas del reloj, flipando, mientras algunos peregrinos recitaban mantras en la capilla.


La gran estatua de Maitreya


Tashilunpo



Cuando salimos, nos encaminamos hacia la tumba del X Panchen Lama, muerto en 1989. De nuevo, un gran chörten hecho de toneladas de piedras y metales preciosos, entre ellos mucho, mucho oro!! Lo siguiente que vimos fue la tumba del IV Panchen Lama, impresionante también pero mucho más pequeña. Después, seguimos por un camino donde había algunos murales budistas muy interesantes, hasta que llegamos a la tumba del IX Panchen Lama. En este caso dentro del chörten están los cuerpos del V al IX Panchen Lama, puesto que durante la Revolución cultural se escondieron los cuerpos y se mezclaron; al no poder saber de quién era cada uno, los colocaron todos juntos.


Murales


Tumba del X Panchen Lama



Desde esa última tumba se llega a un espacio abierto donde hay una gran pared, donde durante las fiestas se cuelga un enorme thangka, una gran pintura de motivos religiosos hecha en una tela enrollada, que se despliega esos días. Debe ser impresionante ver esa enorme pared con el thangka colgado...


Pared para thangkas


Así queda durante las fiestas...

Luego volvimos al patio abierto frente a la tumba del IX Panchen, dimos una vuelta, y cuando terminamos de ver esa parte Jonathan dijo que casi prefería ir marchando, para poder conectarse un rato a internet. Nosotros 3 bajamos al patio, un par de pisos más abajo, por una escalera lateral, y salimos a un espacio cubierto junto al patio.


La tumba del IX Panchen desde la otra esquina del patio




Lau


Patio

Bajo los soportales había un montón de botas rojas, todas colocadas por el suelo sin razón aparente, junto a unas columnas... Nos preguntábamos qué pintaban allí, y de repente empiezan a salir muchísimos monjes, pequeños y adolescentes, todos con sus cabezas rapadas y sus túnicas de color granate, llenan las escaleras, bajan al patio, ríen, juegan, bromean... Serán monjes, pero son niños al fin y al cabo! Y hay muchas familias que envían a los niños a los monasterios, como medio para subsistir y salir de la pobreza.


Botas rojas...





Los monjes estuvieron bastante rato en el patio, unos jugando, otros charlando, alguno pensativo... y finalmente desaparecieron por una puerta. Les seguimos, y vivimos uno de los momentos más especiales del viaje, imborrable... tuvimos la suerte de poder entrar en la sala donde se reunían los monjes, estaban todos rezando y repitiendo sutras, cientos de monjes sentados y otros (con gorros amarillos de la secta geluk) pasando con unas jarras y llenado los cuencos de los demás. Atravesamos el pasillo con mucho respeto, rodeados de monjes; estaban súper concentrados, pero algunos de los niños sonreían casi imperceptiblemente al cruzarse con nuestra mirada. Era un ambiente tan mágico y espiritual que no podría describir con palabras lo que se siente en un momento así...


Monje llevando una jarra







Cuando finalmente salimos, estábamos impresionados por lo que acabábamos de vivir ahí dentro, fue increíblemente especial... Luego fuimos a ver un momento las cocinas medievales, con sus grandes marmitas y enormes cazos y utensilios, y echamos a andar hacia la entrada; quedaban un par de edificios por ver, pero estaban ya cerrados, y no eran muy importantes. Callejeamos un poco entre las casas de los monjes, y luego coincidimos con un brasileño que hablaba un inglés muy raro y nos echó un montón de reflexiones culpabilizadoras sobre que la gente joven de Europa pueda viajar tanto y en otros países no puedan hacerlo. Un hombre extraño, no nos gustó el tono con que nos decía las cosas, ni estábamos de acuerdo con él.


En la cocina medieval de Tashilunpo


Monje anciano en una de las callejuelas

Al salir quedamos con Txema y fuimos a encontrarnos con el resto. Tsering nos dijo que no había podido conseguir ningún alojamiento barato porque los que había estaban llenos, pero que nos había reservado 2 habitaciones dobles con baño occidental y desayuno en un hotel cercano, por 90 Y cada uno, que estaba genial! Súper camas, tv, y en la habitación donde dormían Lau y Txema una puerta... al abrirla, una sala de juegos, con una mesa en el centro que tenía unas fichas chinas raras... creo que era una especie de mahjong para jugar entre varios, una movida rarísima, nos hizo mogollón de gracia! Y el hotel estaba de lujo, vamos!





Nuestra habitación

Salimos a cenar. Shigatse es un buen ejemplo de cómo una ciudad tibetana puede perder casi toda su esencia... son casi todo construcciones chinas, iguales y feas, y salvo el monasterio, que es precioso, el resto poco vale. Alrededor de ella hay varias bases militares chinas bastante grandes. Empezamos a andar, y Txema dijo que no tenía hambre y volvió al hotel. Jonathan estuvo hablando por teléfono y luego nos comentó que su amigo Paul estaba en la ciudad cenando en un restaurante cojonudo, y que le gustaría que fuéramos a reunirnos con él. Pillamos un taxi, y le pasamos el teléfono al taxista para que hablara con el dueño del restaurante. Aún así, ni puta idea... nos dio mil vueltas, hasta que nos dimos por vencidos y bajamos del taxi en un barrio que parecía carecer de vida. Aún encima, en vez de los 10 Y acordados nos cobró 30!! Y aún pedía 40... debía habernos dicho desde el principio que no sabía y no nos llevaba!!


Una curiosa tienda, en el centro de Shigatse...

Fuimos caminando entre tiendas y restaurantes cerrados, buscando un lugar donde poder cenar, aquello estaba más muerto! Acabamos saliendo de nuevo a nuestra zona y encontramos un sitio que tenía buena pinta. Subimos, pero... mierda! Nos dicen que como son ya las 21:00 no se puede cenar (pero a qué horas comen y cenan en este pueblo???). Ya mosqueados, pensábamos que no podríamos comer apenas nada ya, cuando de repente encontramos un restaurante pequeñito, de chinos musulmanes (pertenecientes a la minoría étnica hui), que nos dijeron que sí podíamos cenar! Menos mal... Nos atendieron genial, y cenamos muy bien; mientras comíamos, un niño pequeño muy lindo pasaba todo el rato por allí, tocándole el brazo a Lau para llamar su atención. Eso sí, cuando vio que le hacíamos caso venía a chocarnos la mano con una fuerza que no veas!

Comimos bastante bien, y a la hora de pedir la cuenta Jonathan insistió en que quería pagar él, qué riquiño! Nos invitó, y luego nos despedimos de los hui y de su niño, y regresamos andando al hotel para descansar. Lau, Jorge y yo estuvimos hablando un poquito en nuestra habitación, pero pronto nos fuimos a dormir, estábamos un poco cansados. Al día siguiente seguiríamos nuestra ruta hacia el EBC!


Espero que no se os haya hecho excesivamente largo el capítulo, y que os guste! pronto, el siguiente: Shigatse-Sakya-New Tingri! Voy a darle vidilla a este Diario para acabarlo pronto!

Bueno, ya me he puesto al día de este diario con estos 2 pedazos capítulos... y me han encantado, como siempre, no sólo me ha hecho recordar un montón de cosas, ciertamente aún siento este viaje muy reciente, sino que además está muy bien explicada la parte histórico-cultural.

Lhasa, a pesar de que está perdiendo poco a poco su identidad, aún conserva una cultura religiosa y una devoción espiritual únicas en el mundo. Realmente es fascinante.

Ainss, qué suerte que pudistéis ver el Yamdrok Tso! Yo me tendré que esperar a la próxima vez que vuelva al Tíbet, porque sé que volveré.. Por cierto, gran detalle lo de tu profe de sociales, recuerdo cuando me lo contaste, quien iba a decirnos de pequeños que algún día veríamos sitios que entonces tan sólo podíamos imaginar, ni siquiera soñar... Sin duda Salseiro estaría orgulloso de vosotras..

Bueno, sigue contándonos que ya se acerca el Everest, sin duda una de los lugares que más me han impresionado en toda mi vida .

lolyvill escribió:

El Yamdrok Tso


Yo, cansada por la subida pero feliz de estar en el lago turquesa!

Increibleeeeeeeesssssssssss esas fotos del Yamdrok Tso !! No tenia ni idea que existia este lugar, debe ser una pasadaaa ! Me gusta muchisimo ese contraste del lago, montañas y cielo ! Al parecer les toco muy buen tiempo por alla, todos los dias fueron despejados ? Que tal se sufre por la altitud ?

lolyvill escribió:

Espero que no se os haya hecho excesivamente largo el capítulo, y que os guste! pronto, el siguiente: Shigatse-Sakya-New Tingri! Voy a darle vidilla a este Diario para acabarlo pronto!

Nooooooooooooooooooooooooooo jajajaja yo quiero mas !!! Muchas gracias por todas las explicaciones (Las tumbas de los Dalai Lama en el Potala y la Escuela para chicos ciegos debieron ser visitas super interesantes !), yo conozco muy poco del Tibet, pero leyendo este diario me has hecho interesarme mucho !!! (quiero iiiiiirrrrrrrr jajaja)

Gracias por estos capitulos y te sigo que ya viene el Everest !

Por cierto, que manera de pasar un cumpleaños !!

Ni te imaginas lolyvill lo bien que me está viniendo vuestro diario.
En septiembre estaré por alli también y me viene de perlas para decidir el itinerario pero sobre todo para calcular distancias y días de Lhasa a Kathmandú contrastando también con el diario de caravanserai. A ver si lo puedes acabar prontito! : P

Me alegro de que os esté gustando el Diario! y espero, sobre todo, que os sirva a los que vais a ir allá dentro de poco!

tequilero escribió:

Al parecer les toco muy buen tiempo por alla, todos los dias fueron despejados ? Que tal se sufre por la altitud ?

En general tuvimos buena suerte e hizo buen tiempo, aunque a veces las cimas de las montañas se cubrían de nubes... Aún así, los paisajes eran preciosos.

En cuanto a la altura, hasta este punto del viaje lo llevamos más o menos bien, pero a partir de la noche siguiente (a ver si cuelgo esta noche ese capítulo) empezamos a sufrir algunos síntomas, que se vieron acentuados en el campamento base del Everest... esa noche lo pasamos fatal, pero la experiencia valió mucho la pena!!


Hoy, la continuación del Diario; y esta semana os cuelgo también el capítulo del Everest!!

Ahí va el siguiente capítulo, espero que os guste!!

Día 3 de octubre de 2007. Shigatse-Sakya-New Tingri

Nos despertamos temprano, de nuevo, para ir a desayunar. Calculamos el tiempo justo, para poder dormir bastante, porque Lau, Jorge y yo estábamos un poco resfriados, y a Jonathan tampoco le gustaba madrugar. Por fin bajamos, y el desayuno no nos entusiasmó mucho; había para elegir varias cosas, y cogimos unas verduras, una especie de habas, un huevo, unas bolas de masa rellenas y poco más, pero todo era un poco insípido. Al acabar, como teníamos todo listo, salimos al encuentro de Tsering y el conductor para marcharnos. Y entonces nos dieron la noticia: la delegación del gobierno chino en Shigatse tenía aún nuestros papeles y estaba tramitándolos, para que pudiéramos entrar en la zona del Everest. Vaya! para eso madrugamos...

No sabíamos si ir a ver el nuevo palacio del Panchen Lama, que nos recordaba al Potala, allá arriba, dominando la ciudad desde una colina, y parecía muy chulo... Pero estaba un poco lejos y no sabíamos cuánto tardaríamos, además de que no estábamos muy finos y hacía un poco de frío, así que decidimos esperar por allí y nos metimos en un ciber. Hicimos un poco el tiempo, dimos una pequeña vuelta, y finalmente pudimos salir, con un par de horas de retraso.


Un gatito en Shigatse, pobriño!

De camino hacia Sakya vimos algunos desvíos que llevaban a monasterios en ruinas, producto de la destrucción que llevó al Tibet la Revolución Cultural de Mao Los paisajes que nos rodeaban eran similares a los del día anterior, con grandes llanuras áridas, montañas y ríos, que conformaban un espacio bastante inhóspito. El sol entraba por la ventana y calentaba mucho… tuve que ponerme un pañuelo en la cabeza y los brazos para no quemarme.


Paisaje tibetano


Yo con pintas raras!

Un par de horas después de dejar Shigatse, llegamos a Tso La, a 4505 m. Hay muchísimas banderas de oración ondeando alrededor de un poste (cruzan incluso la carretera!), y el paisaje de alrededor es precioso! Bajamos un ratito y disfrutamos de las vistas… luego regresamos al coche y seguimos. Poco después aparece un desvío a la izquierda, y lo tomamos; es el camino, no en muy buen estado, que nos llevará a Sakya. El paisaje cambia un poco, aparece un río y algunos pueblos bastante pobres; en uno de ellos pasamos un control militar, y continuamos.


En Tso La... había muchísimas banderas de oración!!


Lau!


Un animalito...


Qué bonitas!


Jorge y yo

Ya no paramos hasta la hora de comer, un poco tarde, en Sakya. Fuimos a un pequeño restaurante que no estaba mal, y Lau y yo comimos unos platos de arroz. Txema y Jorge no quisieron pedir nada. Jorge se encontraba un poco hecho polvo del estómago, y no quiso arriesgarse. Al acabar fuimos al baño, el peor hasta ahora de los que habíamos visto; yo directamente al ver el grato aroma que desprendía el lugar, pasé de ir. Aquello eran simplemente un par de ranuras malolientes, y todo caía a una habitación del piso de abajo, llena de mierda (literalmente)... todo se veía, puaj!


Hacia Sakya

Salimos del restaurante y Jorge empezó a encontrarse peor, así que decidió no entrar con nosotras en el monasterio. Txema tampoco vino, desde Dali había pillado tirria a los budistas y no entró en un solo templo más en todo el viaje. Al acercarnos al monasterio de Sakya, rodeado de unos grandes muros de estilo mongol, vinieron un montón de niños a saludarnos, diciendo hallo! Como tantas veces, nos pedían dinero... Lau les dio unos chupachups que teníamos, y luego entramos en el recinto.


Una de las torres de la muralla que rodea el monasterio


Peregrinos dentro del monasterio

El monasterio de Sakya era más pequeño que el de Tashilunpo, y en comparación con él menos espectacular, pero también era bonito. Este lugar es la sede de una de las 4 principales sectas del budismo tibetano, la Sakyapa (es una de las 3 que llevan los gorros rojos), y fue fundado en 1073 por Drokmi. Esta secta alcanzó mucho poder hace siglos, en la época de apogeo de los mongoles, y eran especialistas en magia y sortilegios. A partir del siglo XIV su poder fue debilitándose, mientras la secta Geluk (la de los gorros amarillos, a la que pertenece el Dalai Lama) se hacía cada vez más fuerte.


Ruedas de oración


Zona donde están las casas de los monjes

La mayor parte de los edificios del monasterio están en ruinas, pues fueron destruidos durante la Revolución Cultural; algunos están siendo reconstruidos, de otros no queda apenas nada. Cuando los chinos invadieron el Tibet, el líder de la secta Sakyapa y sus colaboradores más cercanos escaparon a India; los monjes que quedaban sufrieron las consecuencias de la invasión, viendo confiscados los bienes del monasterio, y fueron condenados a castigos psicológicos.


León en Sakya

Entramos en la parte principal del monasterio, con un gran patio, y fuimos viendo las capillas. En una de ellas nos encontramos a Tsering, que rezaba a unos budas, y nos contó que había venido a visitar el monasterio, para él también era la primera vez. Toda la gente que había por allí eran tibetanos, menos nosotras dos. Subimos a una capilla superior, donde había unos monjes muy jóvenes repitiendo sutras y estudiando; la decoración era muy hermosa, pero costaba una pasta hacer fotos en las capillas, así que simplemente nos dedicamos a disfrutar del momento. Después bajamos de nuevo. La estancia más bonita de Sakya probablemente es la gran sala de asambleas, donde los monjes se reúnen para recitar sus sutras y entonar cánticos; y también la capilla de las Stupas de plata vale la pena; en ella están las tumbas de los anteriores líderes de la secta Sakyapa.


Uno de los edificios principales


Patio


Gran sala de asambleas


Pinturas murales

Al salir, vimos una escalera empinadísima que conducía al piso superior, y subimos. Por allí llegamos a la zona de los tejados, desde donde era más patente la destrucción que había sufrido el monasterio. Curioseamos un poco, nos metimos en distintas salas, y al final un señor nos hizo un gesto de que no podíamos estar allí (creo que porque había algunas partes en obras), así que bajamos. Al volver a la escalera, qué mal lo pasé! Era casi vertical, y tenía unas partes de metal que resbalaban un montón, parecía que te ibas a caer… Pero tras pasarlo mal unos minutos, y bajar a la velocidad de una tortuga, llegué abajo sana y salva. Lau llevó el vertiginoso descenso un poco mejor.


La escalera!


En el tejado


El monasterio medio destruido...

Al salir nos fijamos en la estructura de Sakya; en la parte del río donde está el monasterio se han construido muchos edificios de estilo chino, pero el lado de enfrente conserva bastante bien la esencia tibetana. En la montaña se veían unas stupas blancas muy chulas; nos hubiera gustado llegar hasta allí, pero el tiempo apremiaba un poco.


Las stupas blancas


Calle en Sakya

Cuando llegamos de nuevo al coche, vimos que Jorge estaba peor del estómago. Hablamos con Tsering y el conductor, y en vista de que llegaríamos bastante tarde al EBC si seguíamos hasta allá, y que el estado de salud de Jorge no era muy bueno en ese momento, decidimos no arriesgarnos a subir tanto esa tarde y dormir justo antes de entrar en el área nacional protegida del monte Qomolangma (el Everest, “Santa Madre” en tibetano), en una especie de aldea llamada Shegar, más conocida como New Tingri. Hubiera estado bien llegar esa tarde, porque el día estaba súper despejado, y al día siguiente quién sabía! Pero era lo más prudente, y estuvimos de acuerdo en ello.

Al cabo de un ratito nos pusimos de nuevo en marcha. A diferencia del día anterior, teníamos que compensar un poco el tiempo perdido por la mañana, por lo que paramos pocas veces. La primera parada, a eso de las 5 de la tarde, fue en Gyatso La, a 5250 m. de altitud. Bajamos un momento para ver el paisaje. Hacía mucho frío, pero la hilera de enormes montañas nevadas que se recortaba en el horizonte lo compensaba todo. De nuevo, banderas de oración y una sensación rara en el cuerpo debido a la altitud… Regresamos pronto al coche y seguimos hacia el sur.


Paisaje tibetano


En Gyatso La



Una media hora después, nos dijeron que nos acercábamos a un lugar desde donde, si había suerte, se vería el Everest! Y al poco, efectivamente, allí estaba... qué pasada! Se veía perfecto, a lo lejos, enorme e imponente. Bajamos para hacer unas fotos y luego reanudamos el camino. Jorge se encontraba un poco peor, y Tsering sacó unas pastillitas pequeñas de medicina china, varias de cada color, y se las dio (un cóctel de colores que era para flipar, vamos). Al rato estaba bastante mejor, parecían mágicas! Mientras tanto Lau y yo, como cada día, seguíamos tomándonos nuestras cápsulas de hierbas tibetanas contra el mal de altura (6 diarias), y nos iban genial.


Paisaje


Por fin, el Everest!!


Lau y yo, felices!

Al atardecer, tras pasar un nuevo control militar (éste muy riguroso, tuvimos que bajar todos del coche con los pasaportes y entrar en el puesto) llegamos a New Tingri, y nos enseñaron un hotel (por llamarle de alguna manera), el Snowman Hotel, que costaba 30Y (unos 3 euros). Jonathan subió a verlo, y bajó diciendo directamente “it’s crap!”, con lo cual fuimos a ver un par de opciones más. Tras comprobar con Jonathan que aquel, siendo como era, era “el mejor hotel de New Tingri”, decidimos quedarnos a pesar de todo. No había agua corriente, pero sí unos termos de agua caliente para asearnos. Lo peor, con diferencia, era el “baño”... Una pequeña habitación con una especie de palo de madera con una tabla en la parte inferior, que tapaba como podía el agujero que había en medio, estilo baño de Sakya, y todo caía abajo... De hecho, daba la impresión de que no se sacaba la mierda del piso inferior desde que habían construido aquello, a juzgar por el olor... puaj!! Al menos, las habitaciones estaban bien, y nos habían tocado dos al fondo del pasillo, en el lado opuesto al baño, con lo cual no llegaba el olor, menos mal!


En teoría, eso es un baño...

New Tingri es parada obligada, porque junto al pueblo está el puesto de control que da entrada al área del Everest, y allí mismo se sacan las entradas. Fuimos un momento hasta allí para dejarlo todo listo, y las compramos. Vaya pasta nos dejamos! 180 Y por persona, más 600 Y por el coche. Total, unos 30 € por cabeza. Eso sí, vale la pena! Nos fijamos en el pueblo; hay mesas de billar en la calle para que jueguen los niños, igual que en Lhasa... Al parecer la zona más antigua del pueblo tiene un fuerte (en ruinas; también fue destruido durante la Revolución Cultural, para variar) y algunas casas antiguas, pero esa parte, que al parecer valía la pena, estaba a 7-8 km. En la parte nueva, la impresión general era que allí había muy poco que ver o hacer.


New Tingri

Volvimos al hotel y descansamos un poco. Luego volvimos a ver a Tsering, y Jorge le comentó que se encontraba un poco mal aún. Ya se había despedido del conductor, y pagó de su bolsillo un taxi para comprarle unas medicinas a Jorge. Desde luego, nos demostró durante todo el viaje que es una persona excelente Después se fue la luz en todo el pueblo, y con ayuda de la linterna bajamos a la calle principal a buscar un sitio para comer. Encontramos uno de chinos, pero no nos convenció, y finalmente acabamos en la planta baja del Snowman de nuevo. Sigue sin haber luz, y sólo se ve, a la luz de las velas que hay puestas en las mesas, una especie de salón decorado al estilo tibetano, con bancos con mantas de colores para sentarse como los que hemos visto ya en muchos sitios. El ambiente nos encanta, y nos sentamos junto a unos viajeros de EEUU. Hay una señora que nos cuenta que está trabajando en Vietnam desde hace bastantes años, y nos dice que deberíamos ir antes de que cambie... al parecer muchas partes del país se han turistificado al máximo, pero todavía quedan muchos pequeños lugares muy auténticos que merece la pena visitar. Tomamos nota! Al cabo de un rato nos traen la comida a Lau y a mí, entre otras cosas unas patatas chilli que estaban buenísimas!


Puesta de sol en New Tingri

Seguimos charlando un rato, y flipamos cuando entran otros americanos, hay una chica que tiene el pelo perfectamente planchado! cómo lo habrá hecho? si no hay ni electricidad apenas!! y... para qué? si está en el Tibet! estos últimos eran un poco pijillos, y acabamos subiendo a descansar. Jorge duerme con Jonathan, y nosotras con Txema. Antes de meternos en cama nos tomamos las pastillitas verdes mágicas (las de hierbas xDD) y dejamos una botella de oxígeno junto a la cama. Esa noche me cuesta horrores dormir, el mal de altura empieza a hacer su efecto! Al principio, un leve dolor de cabeza que se va calmando, cierta dificultad para respirar, y me cuesta dormir; pero finalmente lo consigo... hay que descansar, que al día siguiente nos espera, por fin, el Everest!!!


Muy pronto, el siguiente capítulo: New Tingri-Campamento Base del Everest!

Me estás poniendo los dientes largos. Os odiaria si no fuera porque en 3 meses estaré ahí yo también :P
Queremos más!

Hola Loly!!!

Una preguntilla, estamos ya mirando alojamiento en Pekin, ¿en dónde estuvisteis? ¿Cuál nos recomendais? por lo que he leido, los que recomiendan son el Far East hostel o el Jade, y el Leo dicen que ni de coña. Nos gustaría quedarnos en uno que este cerca de la plaza de Tiananmen y a ser posible en un hutong.

Por cierto, Ruben y los que vais a ir a Pekin, en donde os vais a alojar?

Me esta encantando el diario!! Ya queda menosss!!!

Madre mia, que paisajes.... De ahí vuestras carillas de felicidad. Y no me extraña

Os recomiendo 100% el Peking International Youth Hostel, es en el que nos quedamos nosotros y está genial! está en el hutong que hay junto a la Ciudad Prohibida, puedes verlo en este mapa:


Como ves, Tiananmen está a 5 min. o así, y también la zona de los hutongs que vimos el 1er día nosotros, hacia el norte, el metro, y los mercados nocturnos de comida de Donghuamen.

Las habitaciones dobles están bien, limpias y con un baño con ducha y un lavabo estilo chino, con un cuenco de porcelana en el que cae el agua, muy chulo... Un ejemplo:


La nuestra no era exactamente igual, pero sí muy parecida. Quizás sea un poquito más caro que otros (ahora mismo está en 21 € por cabeza en habitación doble, por lo que veo, desde hostelworld; nosotros les contactamos directamente, y nos costó 14, pero fue hace 2 años, claro), pero tiene una ubicación privilegiada, está limpio, tiene acceso a internet y la casa es una de las del hutong, rehabilitada, con un pequeño patio en medio. No todos los días se duerme en un hutong, a nosotros nos encantó!

Os dejo los datos de contacto: Peking Hostel
Y también se puede reservar a través de hostelworld: Peking Int. Hostel en hostelworld


P.D. Por cierto, el capítulo del Everest me lo he dejado en el pendrive de Santiago, sólo me faltaba ponerle las fotos! pero el lunes ya os lo cuelgo sin falta, vale?

esperamos ansiosos ese capitulo lolyvill!
vaya pinta que tiene ese hostal! pero al intentar reservar para 10 personas me dice que no es un hostal que acepte grupos!!

habeis oido hablar muy muy muy mal del leo hostel??

dani backpacker escribió:

esperamos ansiosos ese capitulo lolyvill!
vaya pinta que tiene ese hostal! pero al intentar reservar para 10 personas me dice que no es un hostal que acepte grupos!!

habeis oido hablar muy muy muy mal del leo hostel??

Para saber qué críticas negativas ha recibido el Leo Hostel, podéis mirar aquí: críticas Leo Hostel
Por lo que yo he leído en otros sitios, a alguna gente le parece que está un poco sobrevalorado. Lo que más suelen criticar es el ruido desde otras habitaciones, q los baños se inundan a veces, la falta de limpieza (imagino que más acusada en temporada alta), que a veces no va el agua caliente... cosas así. Aunque también hay gente que no se ha encontrado esos problemas y ha quedado contenta, claro. Eso sí, el emplazamiento, sin ser tan bueno como el del otro, no está mal.

Otras opciones? mirando en hostelworld, el Chinese Box Courtyard Hostel (en la zona del parque Beihai), el Sitting on the City Walls Courtyard House (en uno de los hutongs de la zona norte de la Ciudad Prohibida), el Kelly's Courtyard (un poco peor situado, en el hutong al oeste del parque Beihai), o el Templeside Courtyard Hutong House (misma zona que el anterior) son otras opciones para dormir en hutongs.

Aún así, supongo que si queréis reservar en el Peking no debe ser tan difícil! con hacer la reserva a través de hostelworld en 2 partes, ya está... o también podéis mandarles un mail y les pedís, por ejemplo, una reserva para 4 personas, y desde otro una para 6, listo! una vez que os confirmen a los 2 grupos, les decís que sí aceptáis cada una de las reservas y ya está. Luego, si os importa estar todos juntos en una habitación, podéis decirles que os habéis enterado de que unos amigos estarán en la misma fecha ahí, y si os pueden poner juntos... Si os dicen que no tampoco sería una tragedia, no? al fin y al cabo, si sois 10 siempre tendréis que estar separados algunos, a no ser en la habitación de 12.

Hola Loly!!

Hoy por fin he leido el capitulo, ayer no tenia tiempo y pasé rápido las fotos para no verlas, jejeje!!

Digo lo mismo que 7, si no fuera porque dentro de na estaremos por alli...que envidiaaaa!!!

hemos estado mirando alojamiento en Pekin y al final creo que nos vamos a decidir por el IYH Qian Men, al sur de la plaza de Tian Men, está muy cerquita de la plaza y del metro, y sale a 10EUR por persona la habitacion doble con baño, asi que creo que al final pillaremos ese.

Lo de Pingyao sigue en el aire...quiero ir pero no se si tendremos tiempo...

En fin, esperamos el proximo capitulooooooo!!!

Como lo prometido es deuda, ahí va el siguiente capítulo!!!

4 de octubre de 2007. New Tingri-Rongbuk-Campamento Base del Everest

Nos levantamos muy temprano; al final había conseguido dormir algo, después de pegarle un par de tiritos a la botella de oxígeno (amo el oxígeno! ), y estaba algo mejor que la noche anterior. Los demás también estaban un poco más recuperados, y pronto iniciamos el camino que nos llevaría hasta la base de la montaña más alta del mundo. Al salir del Snowman Hotel, vimos las caras de los alemanes que estaban en la habitación de la otra punta del pasillo, eran un poema... Según Jorge, se debía al aroma pestilente del baño, y probablemente fuese cierto! Dejamos New Tingri sin pesar, y nos pusimos en marcha. Tomamos una carretera polvorienta, sin asfaltar, que pronto se adentró entre las montañas. El paisaje era hermoso, e íbamos atravesando montañas y valles donde había algunos pueblos bastante pobres, en los que a veces los niños trataban de acercarse a la furgoneta para pedirnos algo... El camino es duro, avanzamos cuesta arriba durante horas, luego bajamos, subimos de nuevo...


Valle de camino al EBC


Lost highway...

Pasamos por un puerto de más de 5.150 m., Pang-La, desde el que se divisan, hermosas, las cumbres nevadas del Himalaya... qué belleza! Hay un puesto donde la gente de la zona vende objetos tibetanos, entre ellos fósiles, dagas y esqueletos de cabeza de yak pintados; Tsering se fija en una ballesta que le encanta. Está a punto de comprársela, pero al final la deja porque le parece un poco cara. A nosotras, más que la ballesta, que estaba chula, nos encanta él, qué abrazable es!


Desde el mirador... el día estaba aún bastante cubierto!



Volvemos al coche, y seguimos. En muchas colinas se ven banderas de oración, y de vez en cuando nos encontramos con algún grupo de ruinas de fortalezas y monasterios destruidos. Nos encanta lo que vemos, y lo disfrutamos un montón, al mismo tiempo que nuestros cuerpos empiezan a experimentar una sensación un tanto extraña con tanto sube y baja...


Ruinas en medio del paisaje


Pueblo tibetano

Durante un rato, las vistas desde la carretera son, sencillamente, sublimes... En un día claro se pueden ver nada menos que 5 ochomiles!! Lo malo es que, a pesar de que el día anterior el cielo estaba completamente despejado, hoy no hay tanta suerte... y las nubes nos impiden ver la cumbre de algunos de ellos. El que mejor se ve, todo el tiempo, es el Cho Oyu (8.201 m.); de vez en cuando, el Makalu (8.463 m.) aparece y desaparece entre la neblina. El Xixiabangma (8.012 m.) también se ve en algunos momentos; los que se resisten a mostrarse ante nosotros son, precisamente, los 2 más altos, casi juntos: el Lhotse (8.516 m.) y el Qomolangma, el hermoso Everest (8.848 m.).


Ochomiles...


El Cho Oyu!!

Desde ese punto, en que estamos aún muy altos, empezamos a descender hacia el valle. Al cabo de un rato, el camino asciende de nuevo y llegamos al monasterio de Rongbuk, pequeñito, que es el más alto del mundo (está a 5100 m.!). Aunque se fundó a principios del siglo XX, hace ya más de 400 años que empezaron a llegar a este lugar monjes y ermitaños, que se alojaban en chozas o en cuevas de la montaña. En su momento de mayor esplendor llegó a haber unos 500 monjes y monjas. Paramos allí, pero entre el cansancio por la altitud y el meneo sube-baja que llevábamos desde New Tingri estábamos un poco perezosos, así que decidimos no visitarlo por dentro.


Atravesando el valle


Monasterio de Rongbuk

Desde ahí, subimos al campamento base del Everest. Básicamente se trata de un camino circundado por un gran número de tiendas de tibetanos, que ofrecen alojamiento por 40 Y por persona. Todas son parecidas, pero al parecer hay que comer en aquella en la que te alojes. Algunas personas nos abordan para que nos quedemos en la suya, pero elegimos la 1ª a la derecha, poca diferencia hay! Nuestra tienda la lleva un tibetano de aspecto un tanto desaliñado, que vive allí con su hija. Metemos las mochilas dentro y descansamos un ratito, mientras nos tomamos un té, endulzado con grandes bloques de azúcar; nos indican que tenemos que guardar nuestro vaso, pues lo usaremos hasta que nos vayamos al día siguiente. Luego asistimos al cotidiano espectáculo de cómo el tibetano despioja a su niña... Qué bien, también es quien cocina! Lau y yo pasamos de escrúpulos y pedimos algo igual; estamos en el EBC y tenemos que reunir fuerzas para hacer la ruta andando hasta el último puesto de control! Nos traen un arroz con verduras que no está nada mal. Los chicos no comen nada, pero luego llegan una pareja de guiris y nos dan alguna fruta que les ha sobrado, de la que Jorge da buena cuenta. Los guiris nos cuentan que la ruta es bastante dura porque el viento sopla desde la montaña, helado, y arrastra mucho polvillo, es conveniente que nos llevemos algo para cubrirnos la boca y no respirar ese polvo.


En la tienda tibetana

Mientras, Jonathan había ido a dar una vuelta; al regresar nos cuenta que ha visto a su amigo Paul, que finalmente no estaba en Shigatse, sino en Gyantse!! Por eso no encontrábamos el restaurante que decía... Al parecer, le ha apuntado el nombre en un papel, y le ha recomendado mucho que vayamos!

Lau le da un chupa chups a la niña mientras nos preparamos para salir. Nos abrigamos bien y cogemos agua, unos pañuelos para taparnos la nariz y la boca y un par de botellas de oxígeno, nos espera una ruta de casi 4 km a más de 5000 m. de altitud! Va a ser duro. A Lau ya le dolía un poco la cabeza antes de partir, así que se tomó unas pastillas de hierbas tibetanas, y entre eso y un poco de oxígeno se recuperó bastante. Para ir al baño, no nos convencían nada las letrinas que había, y fuimos a detrás de una gran piedra en el valle… había un grupo de animales salvajes allí, una especie de antílopes tibetanos!! Qué bonitos!! Nos miraban, como pensando qué hacíamos en su territorio… Volvimos a la tienda y, por fin, salimos! En el EBC hay dos opciones para recorrer la ruta: puedes ir en un carro tirado por burros, o andando. Optamos por ir andando, y pronto habíamos dejado atrás el campamento, para empezar a recorrer un camino lleno de piedras, y lleno de curvas.


Comenzando la ruta!


Paisaje


Txema y yo, aún llenos de energía! (qué poco me iba a durar... )


Jorge y yo

Tsering iba guiándonos, y para acortar pronto dejamos el camino por el que van los burros y seguimos recto, subiendo colinas de piedras. Despacio, fuimos ascendiendo despacio montaña arriba; cada paso costaba, pero nos acercaba más al Everest, y a pesar del viento gélido que venía desde la cumbre seguíamos adelante con ganas. A esa altitud el cuerpo se cansa enseguida, y el esfuerzo que teníamos que hacer era considerable. Tsering, Jonathan y Txema iban delante, y Lau, Jorge y yo un poquito más atrás. Íbamos haciendo pequeñas paradas para beber y esnifar un poco de oxígeno, y con eso lo llevábamos mejor. Por el camino, los paisajes eran hermosos, y vimos muchos más animales salvajes.


Un alto en el camino para recuperar fuerzas y seguir


Avanzando montaña arriba...




Animales salvajes!


Subiendo...

Caminamos unas dos horas, y de repente llegamos a la cima de una colina, vaya! miramos hacia abajo y descubrimos el puesto de control militar chino... nos habíamos pasado subiendo! Estamos bastante altos, y hay que bajar por una ladera escarpada llena de piedras, de pendiente considerable. Cómo hacerlo? Pues cada uno como puede... Txema y Jonathan llegan abajo en un momento, ellos solos. Jorge prueba bajando de culo, y no le va mal. Y Lau, Tsering y yo probamos la modalidad “surfing mountain”, dejándonos deslizar colina abajo y provocando algún pequeño desprendimiento de piedras. De vez en cuando Lau se embalaba y nos arrastraba hacia abajo al “surfear”, con lo cual teníamos que recuperar el equilibrio como podíamos! Vaya risas nos echamos, era muy divertido! Disfrutamos un montón los 3, jeje!


Con el oxígeno!


Tsering y Jorge, desde la cima de la colina


El checkpoint militar chino


Jorge y Lau

Una vez llegamos los 6 abajo, por fin, atravesamos un pequeño riachuelo que nos separaba del camino y nos dirigimos al puesto de control militar. Tsering nos dijo que él no podía venir, pues no le dejarían pasar, y los demás fuimos caminando hasta allí. Una vez dentro, tuvimos que mostrar los pasaportes para que apuntasen los números, y nos dejaron salir. Avanzamos un poco más, hasta el punto a partir del cual no se puede pasar (te ponen una multa de unos 200 dólares), detrás de una pequeña colina. Estábamos en el lugar desde donde en teoría se tiene la mejor vista del Everest, pero las nubes cubren la cumbre, vaya! Hace mucho frío, y Jorge va a refugiarse con los militares chinos, que son majos y le ofrecen un asiento en el que descansar un poco. Lau y yo hacemos un pequeño montículo de piedras para pedir un deseo, y cuando estamos acabando aparece Tsering, que ha venido subiendo una colina, rodeando el puesto militar sin que le vean. Nos pregunta qué nos han pedido, qué han apuntado; se le ve preocupado y se sorprende de que haya sido tan sencillo.


Esa es la colina de piedras que habíamos bajado!


Hacia el Everest...


Pidiendo deseos

De repente, las nubes de la cumbre desaparecen, por fin vemos el pico del Everest!! voy corriendo a buscar a Jorge, que se encuentra bastante mal, pobriño, y lo contemplamos todos juntos. La tregua de las nubes dura poco y, en vez de despejarse también la parte inferior de la montaña, se vuelve a cubrir la cumbre! Bueno, no lo habíamos podido ver despejado por completo, como el día anterior, pero lo habíamos disfrutado muchísimo igual! Tsering se quiso hacer una foto con nosotras, todo feliz (también era su 1ª vez en el Everest), y empezamos a caminar de vuelta.


Por fin, el Everest!!




Con Tsering


Lau toleando, en posición "surfing the mountain!"

Ahora tocaba el regreso, y todos estábamos mucho más cansados y nos encontrábamos peor que al empezar a subir. Jorge estaba mal, y decidí volver en burro con él, por 50 Y. Lau y Jonathan se quedaron esperando a que apareciera otro burro, y Tsering y Txema volvieron a pie. El trayecto en el carro fue una de las peores experiencias de mi vida... hasta ese momento me encontraba más o menos bien, pero me empezó a doler la cabeza, y cada piedra del camino que pisaban las ruedas era como un martillazo en el cerebro... Jorge también lo iba pasando mal; por suerte, no tardamos mucho tiempo en llegar abajo. Una vez allí, regresamos a la tienda. Estábamos helados, y al sentarnos cerca de la gran estufa tibetana para tomar un té nuestros cuerpos ya no respondieron: poco después, los dos teníamos fiebre...


Lugar al que se llega en los burros

Al rato llegaron los demás. Lau y Jonathan habían tenido un problema con el hombre del burro, que había llevado a 2 personas más en él (sólo se permite que vayan 2, no 4), y pretendía cobrarles lo mismo, cuando habían tenido que caminar un pequeño trozo al final, para que no le vieran en el campamento infringiendo las normas. Se negaron, y finalmente, tras mediar Tsering en el conflicto, pagaron 25 Y entre los dos.

Pedimos algo para comer y descansamos. Al principio sólo Jorge y yo estábamos mal, después fueron cayendo los demás. Nos tomamos ibuprofeno para la fiebre y el dolor de cabeza, pero aún así esa noche a 5.150 metros fue una de las peores de mi vida! Me metí en el saco y me tapé también con un par de grandes edredones que tenía el tibetano. Dormíamos todos alrededor del espacio central de la tienda, formando una U, en plan tetris; tanto nosotros como el tibetano, la niña y los piojos, todos en amor y compañía. Cuando llegó el momento de intentar dormir, al apagarse el fuego y quedar todo a oscuras, sólo lo conseguí a intervalos. El dolor de cabeza se hizo muy fuerte, y cada 20-30 minutos me despertaba sin respiración y tenía que tirar del oxígeno; eso sí, siempre veía la luz del móvil de alguno de los demás, mirando la hora que era. Cuando me daba la vuelta, de vez en cuando notaba una pequeña corriente de aire helado que venía de fuera… aún así, no pasamos mucho frío, las mantas eran muy calentitas! Pero esa noche fue espantosa!


Espero que os haya gustado!! muy pronto, el siguiente capítulo: EBC-Gyantse!