China y Tibet 2007

Muy bueno el capitulo Loly,me ha gustado mucho,la verdad es que parece un sitio impresionante,espero poder ir alli algun día.
Que mal lo del mal de altura,yo con la suerte fijo que estaria toda zapàteada por ahi.
Ale ánimo a continuar.

Lolyvill me ha encantado el capitulo (bueno, como todos)! La verdad es que tus diarios son muy xulos i con estas fotos tan xulas que haces.....

Como dice Fanit, ÁNIMOS! y a continuar este diario, que esta quedando xulissimo!

fantastico lolyvill! que pedazo d viaje y que bien narrado.

aunque no me entero de una cosa, pasateis noche en el campamento base del Everest??? o mas abajo?? vuestra tienda (la del tibetano y los piojos) donde estaba? lejos del Everest?

porque las tiendas e el diario de caravan estan a pie de Everest, pero en tu diario cuando llegais al control chino del q os pasais subiendo, teneis q volveros.

fuisteis a otra zona o algo asi?? son el mismo sitio?

gracias y seguimos esperando el siguiente! justo ahora estamos planificando este tramo de viaje y no sabes lo bien que viene tu diario!

dani backpacker escribió:

fantastico lolyvill! que pedazo d viaje y que bien narrado.

aunque no me entero de una cosa, pasateis noche en el campamento base del Everest??? o mas abajo?? vuestra tienda (la del tibetano y los piojos) donde estaba? lejos del Everest?

porque las tiendas e el diario de caravan estan a pie de Everest, pero en tu diario cuando llegais al control chino del q os pasais subiendo, teneis q volveros.

fuisteis a otra zona o algo asi?? son el mismo sitio?

gracias y seguimos esperando el siguiente! justo ahora estamos planificando este tramo de viaje y no sabes lo bien que viene tu diario!

Sí, pasamos la noche en el Campamento Base del Everest, que es donde están las tiendas de los tibetanos, y lugar más cercano en el que se puede dormir sin ser montañero y tener permisos de expedición y demás. Luego hay otros campamentos a niveles más altos (BC1, BC2, etc.), donde sólo duermen los montañeros que están escalando la montaña.

Las tiendas en el diario de Caravan no están a pie de Everest! jeje, están exactamente en el mismo campamento que la nuestra, no es posible dormir más allá. Lo que sí se puede hacer es llegar, caminando o en burro, hasta la colina que hay junto al puesto de control chino. Más allá es imposible llegar sin permisos, o sin arriesgarte a que te pongan una multa. Creo recordar que ellos no hicieron la ruta, aunque no estoy segura. Pero lo más cerca que puedes estar del Everet, es haciendo esa ruta hasta el puesto de control. Tuvimos que volvernos porque no es posible llegar más allá, pero aún así vale la pena el esfuerzo, te lo aseguro!

Me alegro de que os esté gustando el Diario! muy pronto os cuelgo la continuación!

vaya fotos lolyvill! no veo el momento de irme!

voy dejando preguntas en el otro hilo para no invadirte tu diario, ok??

las pastillas que tomas contra el mal de altura son compradas en Lhasa?? farmacia o similar? son faciles de encontrar?

vaya mal royo lo de la noche a 5.100 metros...

Ok, miro el otro hilo pues!

En cuanto a las pastillas, no sé si has visto el hilo "Cómo preparar un viaje a China". Ahí he metido también la información para prevenir el mal de altura, y puse una foto de la caja de las pastillas, escaneada. Puedes verlo en la pág. 3 de ese hilo, aquí. Tienes más información sobre dónde comprarlas, etc., en la página 1 de ese hilo (te recomiendo leerlo, igual te sirve alguna otra información de la que hay ahí); es muy fácil conseguirlas, igual que el oxígeno y demás. Eso sí, mejor en Lhasa, que es más barato que luego en la ruta!

Entre hoy y mañana espero colgar el siguiente capítulo, a ver!

Bueno, ahí va el siguiente!! Un capítulo bastante corto...

5 de octubre de 2007: Campamento Base del Everest-Gyantse

Pasé la noche durmiendo a intervalos cortos, con un dolor de cabeza horrible y tirando del oxígeno… por la mañana desperté cuando volvieron a abrir la puerta de metal que cerraba la tienda, sobre las 8. No tenía muchas ganas de moverme… Todos estábamos ya más o menos despiertos, menos el tibetano, que estaría ya acostumbrado de sobra a la altitud. Todas nuestras cosas estaban heladas, como salidas de una nevera de mucha potencia. El agua, congelada también. Nuestro tibetano encendió la lumbre para calentarnos un poco y preparar el té matutino. Yo necesitaba ir al baño, pero estaba bastante atorada y le pedí a Lau que me acompañara. Salimos, y estaba cayendo una nieve fina del frío que hacía fuera… El Everest estaba bastante cubierto, y no se veía apenas entre la fría neblina. No había ni un alma aún por allí fuera, sólo nosotras con las montañas

Volvimos adentro y tomamos un té que nos recuperó un poco. Aún así, todos teníamos en mente que queríamos irnos de allí cuanto antes, para encontrarnos mejor al bajar a altitudes menores. Fuimos recogiendo nuestras cosas, hicimos cuentas con el hombre, y empezamos a cargar las cosas en el coche. Entonces recordé que mi madre me había enseñado muchas veces los fósiles que se encuentran en la zona del Everest en un documental, y pensé que le encantaría tener uno. Saqué mis últimas fuerzas para regatear por uno grande de un trilobites, muy chulo, y se lo compré Luego, a eso de las 9, hechos una piltrafilla, partimos.


Dejando el EBC

Fue un día largo, con mucha carretera y pocas ganas de historias. Lau se encontraba mal, con el estómago revuelto, y el vaivén de subir y bajar montañas no ayudaba. Decidió tomarse ella también las pastillas mágicas de colores de Tsering, y mejoró un montón. A mediodía paramos a comer en un pueblo inhóspito, de estilo chino, llamado Lhatse. Al parar la furgoneta y abrir la puerta surgieron un montón de manos que se llevaron toda el agua que nos quedaba, y las botellas vacías… Eran un grupo de niños pobres, nos pedían que les diéramos algo muy insistentemente; en China no habíamos visto pobreza así, y en el Tibet ya llevábamos vista bastante! Una de las niñas tenía labio leporino, lo que le desfiguraba la cara… es una operación muy sencilla, pero allí no tienen medios. Nos dio mucha pena, pero nos parece horrible que la gente utilice tanto a niños como las discapacidades para mendigar Entramos en el primer restaurante que vimos, y pedimos varias cosas. Nos trajeron unas raciones enormes de comida, y entre lo grandes que eran y que no estábamos del todo recuperados de la altitud que habíamos soportado durante la noche, tuvimos que dejar bastante; no conseguimos terminarnos ninguna. Nos dio rabia, sobre todo teniendo en cuenta la pobreza que habíamos visto en el pueblo…


Dejando atrás el Everest... paisajes



Después de comer volvimos a la furgoneta; al lado había unos motoristas occidentales muy guapos, los más guapos que vimos en todo el viaje (esto, viajando por China, se agradece! que los chinos son muuuuuuy feos todos!). Nosotros seguimos nuestro camino. Teníamos que llegar a Gyantse para dormir, pero no muy tarde, pues sino los sitios más baratos estarían todos copados ya.

Horas después, llegamos a Gyantse, cansados por las horas de carretera y las pocas paradas. No era temprano, y nos llevaron a un hotel que era caro, 260 Y la doble! Aún así, estaba genial y necesitábamos descansar bien, así que regateamos hasta dejar el precio en 220 incluyendo el desayuno, y nos quedamos. Estábamos en habitaciones dobles con baño occidental dentro, todo un lujo después de los dos últimos días! Nos encontramos a alguna de la gente que estaban en el Snowman hotel cenando, en New Tingri. La verdad es que valía la pena pagar un poco más y estar en este hotel (el Jian Zang, en Ying Xiong nan Lu Road, nº14), después de la noche que habíamos pasado.


Nuestra habitación

Vamos a darnos una merecida ducha y descansar un rato, antes de quedar de nuevo para cenar. Una vez nos reunimos de nuevo, no hay duda acerca de dónde ir. Como Gyantse era el lugar donde realmente estaba Paul cuando le buscábamos en Shigatse, había que ir al restaurante que nos había recomendado! Según él, era “el mejor restaurante en el que había comido” en todo el viaje! Había que buscarlo! Fue fácil, estaba en la misma calle un poco más abajo, yendo hacia la zona antigua. Antes, vimos unas tiendas de fruta, e intentamos comprar unos plátanos y manzanas, pero eran prohibitivos! Al final no los compramos y seguimos hasta el restaurante. Allí nos recibió el Chino-fuego, un hombre simpático al que le gustaba ser el centro de atención, que nos cocinaría la cena (en realidad se llamaba Zhuang Yuan, igual que el restaurante, y era de Chengdu). Nos preguntó de dónde éramos, y al decirle que de España, se puso todo contento, puesto que sus mejores clientes son, por este orden, españoles, italianos y holanseses. Nos trae unas libretas con comentarios, recomendaciones y dibujos de gente de todas partes del mundo; hay un montón de españoles! Nos partimos de risa con los comentarios de alguna gente, entre otros un catalán que estaba hasta los "collons" de comer momos, filetes de yak y phoskitos de cola-cao! xDDD Leyendo lo que escribe la gente, deducimos que las patatas hay que probarlas, y los carnívoros no deben perderse el pollo!


El restaurante del Chino-fuego, también conocido como Zhuang Yuan


Pensando qué pedir...



Lau y yo pedimos las tan citadas patatas fritas con sésamo, arroz con verduras y puré de patatas, para compartir, y los demás el famoso pollo, entre otras cosas. El chino-fuego va a su cocina, y al poco nos llama para que vayamos. Nos invita a pasar para ver cómo prepara el pollo, flambeado en una gran sartén en llamas, mientras posa para la foto en plan sonrisa profidén… es súper simpático! Le encanta lucirse con su arte cocinando, y que le admiren!


En la cocina


Il Divo!

Por fin, al cabo de un rato nos trae los platos. Está todo delicioso… pero las patatas es que no son de este mundo (casi 2 años después, sigo soñando con esas maravillosas patatas!). Están cortadas en tiras finas, con semillas de sésamo, sal y pimienta, y tienen un toque especial. Vamos, que son las mejores patatas fritas que he comido en mi vida (con permiso de las de la Maison D’Antoine, en Bruselas). El puré y el arroz también están muy ricos! Y los que han pedido pollo hacen comentarios similares a los nuestros con las patatas, no se arrepienten nada! Nos saluda un catalán que se ha sentado solo en otra mesa, y le invitamos a unirse. Se sienta con nosotros, y nos cuenta que viaja solo con su bici, lleva ya unos meses, ha venido atravesando India, Pakistán, China… y ahora recorre el Tibet. Nos habla maravillas de la gente de las aldeas de Pakistán, que le han acogido muy bien siempre. Tiene una conversación interesante, pero es un poco arrogante y soberbio, va de chuletilla… Lo malo es que su inglés no es muy bueno, y acaban pasando al español, con lo que Jonathan acaba un poco excluido… Intentamos que cambien al inglés, pero al final acabamos en dos conversaciones paralelas.

De postre, pedimos plátano caramelizado para compartir, es enorme y también está muy bueno, acabamos zampándonoslo entre todos. Al pedir la cuenta, la cena ha resultado ser la comida más cara de todo el viaje, 55 Y por cabeza (5,5 €), pero ha valido la pena cada céntimo! Dejamos un comentario con nuestras recomendaciones y Jorge hace incluso un dibujo del chino-fuego. Luego nos despedimos de él y del catalán, y nos vamos al hotel a dormir, que estamos hechos polvo. Cómo nos cunden las camas, son estupendas!!


Jorge, haciendo un dibujito para nuestro colega el Chino-fuego


Espero que os haya gustado!! A los que vayáis a pasar por Gyantse, el restaurante Zhuang Yuan es parada imprescindible!! tenéis que probar esas patatas!!!

En breve, el siguiente capitulo: Gyantse-Lhasa

Os dejo el siguiente capítulo del Diario. A ver si me da tiempo a poneros algunos más antes de que os marchéis!

6 de octubre de 2007: Gyantse-Lhasa

Por la mañana, las alarmas del móvil sonaron temprano; Lau y yo habíamos decidido madrugar para ir a visitar Gyantse, mientras que los demás, cansados, habían decidido tomárselo con calma y dormir hasta más tarde. A eso de las 7 estábamos ya desayunando unos huevos fritos con pan, y al poco rato salimos. Primero tiramos hacia el fuerte de Gyantse, uno de los mejor conservados del Tibet, que domina la ciudad desde su colina. Pasamos por un pequeño parque donde había un montón de abubillas preciosas volando y picoteando hierbecillas, y empezamos a subir. Arriba nos encontramos lo que denominaríamos un fuerte “no tutelado”, que nos encantó! El dzong de Gyantse se construyó en el siglo XIV para proteger la ruta hacia Lhasa, y luego fue sufriendo modificaciones y añadidos a lo largo de los siglos, hasta tener el aspecto actual.


El fuerte de Gyantse, desde el pueblo


Abubilla


Subiendo al fuerte

Lo primero que vimos fue una casita a un lado, en teoría la taquilla, y miramos a ver si había alguien. Sale un chaval recién levantado de la casita, en la que vive, y nos dice que hay que pagar 30 Y cada una por entrar. Le pagamos, con la sensación de que si no le decimos nada nosotras no nos hubiera oído al pasar, podríamos haber entrado gratis! El fuerte nos gustó mucho. Era una especie de castillo laberíntico, lleno de pasadizos, escaleritas que bajaban a estancias oscuras (quienes vayáis a ir, llevaos una linterna!!), etc. Nos perdemos y nos volvemos a orientar un montón de veces, subiendo y bajando por habitaciones y pasillos, el sitio molaba mucho! Había un patio curioso con una recreación de una ejecución, un poco macabra... Una de las cosas que más nos gustó fue una capilla que encontramos, llena de chörtens y budas sin vigilancia alguna... vamos, que cualquiera podría entrar allí, meter un buda pequeño en la mochila y llevárselo sin que nadie se enterase! Hay partes del fuerte que son como una especie de palacio, con habitaciones de madera pintada, todo un poco abandonado pero hermoso a pesar de todo.


Eso que hay detrás de Lau es una escalera empinadíiiisima!!


Vistas del monasterio y el barrio tibetano desde el fuerte


Qué mal rollito daba! parecían muñecos de vudú gigantes...


En las capillas


Chörtens


Una de las estancias del palacio

Subimos arriba de todo, donde unas banderas de oración coronan el dzong de Gyantse. Desde allí las vistas son preciosas; vemos la ciudad, las colinas del Tibet, los árboles teñidos ya por el otoño, el monasterio... es precioso


Lau subiendo a la parte superior del fuerte


Campos y asentamiento de nómadas desde el Dzong


El monasterio desde el fuerte


En 1930 Leslie Weir visitó la ciudad, y en una de sus fotografías se ve el monasterio, un gran complejo de 16 edificios principales. Pero hoy quedan sólo algunos de los más grandes. El resto, para variar, fueron saqueados y destruidos

Al final salimos, y un hombre nos avisa de que ya está abierta la puerta de salida hacia el otro lado, por donde se llega al corazón de Gyantse, la antigua ciudad medieval tibetana. Ese camino lleva también directamente al monasterio, así que tiramos por allí. Nos estamos quedando sin mucho tiempo, e intento apurar un poco, pero como dice Lau aquello merece ser disfrutado, así que avisamos a los chicos, con los que habíamos quedado junto al monasterio, y vamos más despacio. Gyantse fue fundada en el siglo XIV por el rey Pelden Sangpo; antiguamente era un centro de comercio de lana muy importante, y una de las principales paradas de caravanas que hacían la ruta entre Lhasa y la India, pasando por Bhutan y Sikkim. Cuando los chinos invadieron el Tibet cerraron esa ruta, y la pequeña ciudad se vio eclipsada por Lhasa; esto, al final, resultó ser una suerte, puesto que el núcleo tibetano no se vio muy modificado por los chinos, y no sufrió el mismo proceso agresivo de transformación que Lhasa o Shigatse, por ejemplo. Por eso, la parte antigua de la ciudad se conserva casi intacta, y da una idea de cómo pudieron ser las auténticas ciudades tibetanas antes de la invasión china.


Entrando en el barrio tibetano




Calle medieval

El barrio tibetano es un lugar auténtico y mágico, en el que parece haberse detenido el tiempo, con sus casas pequeñas con excrementos de yak secando al sol para utilizarlos como combustible, las vacas por la calle, paja en el suelo... nos sentimos transportadas a otra época. Unos niños vienen a pedirnos, y les damos el pan del desayuno que habíamos cogido. Otros sólo nos miran y nos sonríen; hay un par de niños con pinta de pilluelos, con un tirachinas, que se hacen una foto con nosotras y se ríen, qué riquiños!


Casa con excrementos de yak secando al sol


Calles medievales en Gyantse








Lau y los pilluelos



Llegamos al monasterio un poco tarde finalmente, y decidimos que nos queremos ir más tarde de lo previsto, sobre las 12 del mediodía; aquello parece digno de ser visto, desde luego! Los chicos vuelven al hotel para decírselo a Tsering y al conductor (a este último suponemos que le hará más bien poca gracia, porque había comentado que había que salir pronto...), y Lau y yo entramos en el monasterio. Fue fundado en el siglo XV, y era un importante centro de la escuela Sakya. Tras la ocupación china algunos de sus edificios fueron destruidos, y en la Revolución Cultural desaparecieron muchos otros. Por suerte, hoy se han restaurado algunas de las estructuras principales, y vale la pena verlo. Pagamos 40 Y de entrada, y pronto vemos que será difícil poder visitarlo todo, así que nos centramos sólo en el Kumbum, la “stupa de las 100.000 imágenes”, de forma escalonada y con un montón de capillas en cada nivel, hasta sumar nada menos que 70 en total!


Kumbum de Gyantse

Vale la pena ver el Kumbum, es impresionante, algo único, diferente, muy chulo! Al entrar en él hay que pagar 10 Y adicionales o dejar la cámara de fotos en una pequeña taquilla. Dejamos la mía, como si sólo tuviéramos esa, y pasamos la de Lau escondida, esa picaresca española!! Fuimos recorriendo las capillas, como siempre en el sentido de las agujas del reloj, subiendo (se supone que el recorrido imita el camino de la meditación, hasta llegar al plano más alto de la sabiduría, en la parte superior). Eran muy chulas y originales, aunque cuando llevabas ya 15 todas empezaban a parecer un poco iguales... Tenían estatuas de distintas manifestaciones budistas, de distintos colores, y algunas muy curiosas, como una con la dentadura de fuera, otra con dientes de vampiro, etc. En las paredes, murales tántricos y mandalas, del siglo XV. En la parte de arriba había capillas con estatuas más pequeñas, de las distintas escuelas budistas, unas con gorros rojos, otras con los amarillos... Era muy interesante. Llegamos a la parte más alta, desde donde se veían los tejados del resto de los edificios (me encantaron, me recordaban al estilo de los de las primeras ciudades construidas por la humanidad), y los grandes ojos de Buda lo divisaban todo. Un lugar impresionante!


En cada capilla hay una imagen principal


Ésta daba un poco de miedo!


Y ésta hasta va subida sobre un extraño bichejo!




Yo en el Kumbum, con otro de los edificios del monasterio detrás


Los ojos de Buda!


Lau en el Kumbum

Una vez finalizada la visita del Kumbum, bajamos de nuevo. Nos dio tiempo justo a entrar en el templo principal del monasterio, el Palkor Choide, y hacer una visita rápida. Antes servía a las escuelas Sakya y Geluk, pero ahora lo llevan monjes Geluk. Lo más interesante de este edificio son las capillas del 2º piso. Al salir, nos encontramos con Tsering, que había venido a buscarnos para ver si nos íbamos poniendo en camino. Habían llevado ya la furgoneta hasta allí y no tuvimos que desandar todo el camino hasta el hotel, cómo nos cundió!


El Palkor Choide



Subimos y nos pusimos en marcha hacia Lhasa. En vez de ir por la carretera principal, el conductor pilló un atajo que nos encantó, por caminos agrestes de ovejas, atravesando campos, pasando junto a pequeños pueblos y granjas perdidos en medio de la nada, escenas costumbristas, niños de caritas sucias que nos saludaban... Esta parte del trayecto me flipó, porque pudimos ver una pequeña parte del Tibet auténtico, cuya esencia se está perdiendo en tantas partes, y que sólo habíamos podido ver en parte en Lhasa y, sobre todo, en el barrio tibetano de Gyantse. Recorrimos caminos polvorientos, entre ovejas, cerdos negros y otros animales, e incluso pasamos junto a un pequeño desierto en medio del valle tibetano. Qué hermoso!


Íbamos por caminos como éste...


El desierto!!


Paisajes


Campesinos haciendo un descanso


Ovejas!


Me encanta esta ovejita, qué curriña!

Apenas paramos por el camino, salvo para comer, en el mismo lugar que el primer día, y para lavar el coche con cubos de agua, lo que resultó bastante divertido


Lavando el coche


Fortaleza sobre una colina, de camino a Lhasa

Luego continuamos nuestro camino, y llegando ya a Lhasa paramos en el monasterio de Drolma Lakhang. Tsering nos preguntó si queríamos verlo, y yo sí quería, pero los demás estaban ya un poco saturados de monasterios, además de cansados, y sólo pensaban en llegar cuanto antes, así que me quedé sin verlo y seguimos. Al cabo de un rato entramos en Lhasa, y dejamos a Jonathan en su hostel, tras quedar para cenar con él y con Tsering esa noche. Fuimos al Aku Tonpa, cogimos nuestro equipaje y descansamos un rato. Nos sentó genial ducharnos y dormir un poquito... Txema va un momento a internet, y ve que tenemos un mail de Anderson, que aún sigue en Lhasa! Pero es su última noche... le buscamos en la agencia con la que iba a hacer una excursión al lago Namtso y no le vemos, tampoco está en su hotel, nos dicen que se ha cambiado. Vaya...

Tsering llegó corriendo poco después y nos dijo que su hermano estaba enfermo y tenía que quedarse con él esa noche; bueno, no pasa nada, cenaremos con él al día siguiente. Al final cenamos todos con Jonathan en el Snowland, y ¡sorpresa! Aparece Anderson con el grupo con el que irá al Everest, y se queda a cenar con nosotros. Ese día las camareras-hormiguitas están más activas que nunca, no dan pie con bola, se pelean de broma, hacen el parvo... nos reímos con ellas, y acabamos haciéndonos una foto todos juntos. Después toca el momento de la despedida de Anderson, esta vez ya definitiva... esperamos volver a verle en algún lugar del mundo, algún día!

Después nos vamos a dormir y disfrutamos de un merecido sueño, después de los días de ruta, que nos han dejado un poco hechos polvo!


Espero que os haya gustado! Igual me he pasado con tanta foto!! Dentro de poco, el siguiente capítulo, nuestro último día en Lhasa!

Impresionante capitulo! me encanto! tiene k ser una pasada estar ahi... es una pena k no pudiera ir, k rabia

A ver si te da tiempo a subir otro antes de k marches

P.D: Tanto la ovejita como la vaquita son muy curriñas!!

Que chuloooooo!!! yo quiero irrrrr!! y qué poquito nos quedaaaaaa, jajajajajajaja!!!

A ver si puedes terminarlo antes del 30 de julio :P

Les he pasado a mis compis las direcciones de vuestros diarios y lo estan flipandooooo!!!!

Que ganassssssss de irnos yaaaaaaaaaa

Ey!! pues intentaré acabarlo prontito, lo prometo! yo creo que cuando te vayas ya estará acabado, a ver!

Un saludo a todos desde Dubai!!

Como siempre me ha encantado el capitulo,sobre todo las ovelliñas mais curriñas es que daban ganas de comerselas a besos.
Ale a continuar que cada vez ya nos queda menos.

Por fin os puedo colgar el siguiente capítulo! estoy teniendo algunos problemas con el ordenador y me lleva el triple acabar cada uno, pero espero solucionarlo pronto...

7 de octubre de 2007: Lhasa

Necesitábamos recuperar fuerzas, y el cuerpo nos pedía descanso, así que nuestro último día en Lhasa no madrugamos; teníamos que decidir qué hacíamos, y descartamos ir al monasterio de Ganden, por bonito que fuera, porque suponía al menos una hora de autobús para ir, y otro tanto a la vuelta. Con el cansancio acumulado, era un poco paliza, y en Lhasa aún nos quedaban muchas cosas por ver! Nos duchamos con calma y fuimos a desayunar a un pequeño restaurante en la calle del Snowland, que nos había recomendado Jonathan. Curiosamente, debía ser filial de aquel, porque el menú era el mismo, y las camareras-hormiguitas vestían igual
Tras el desayuno nos separamos por divergencia de intereses. Los chicos se quedaron en el centro, y Lau y yo decidimos ir al monasterio de Sera, uno de los 3 grandes de la zona junto con Ganden y Drepung. Ese monasterio es famoso por sus debates de monjes, algo que al parecer era digno de ver. Dimos un par de vueltas, y finalmente descubrimos que los buses a Sera se pillaban en Beijing Lu. Estábamos en la acera equivocada, y paramos a un bus para preguntar. El conductor nos señaló el lado contrario, cuando de repente un niño chino escupió por la ventana, y nos salpicó un poco!! Automáticamente quedó bautizado como el “puto niño chino”; vaya guarro!!

Cruzamos, y pronto pasó un autobús que nos servía (se cogen en la misma acera del Potala). Subimos y pagamos 2 Y cada una. El autobús se dirigió a las afueras de Lhasa, atravesando unos barrios horribles llenos de casas y negocios standard chinos, y por fin llegamos. Al bajar compramos unas patatas fritas en un puesto por otros 2 Y, y entramos. Sera es un complejo monástico enorme, casi una pequeña ciudad llena de callejuelas, edificios residenciales y templos.


Plano de Sera, es muy grande!


Capillas




Patio porticado en Sera

Su nombre significa granizo misericordioso en tibetano, y es un monasterio de la secta Geluk, la de las capuchas amarillas, a la que pertenece también el Dalai Lama. Se fundó a principios del siglo XV, igual que Ganden y Drepung, sus grandes rivales en la Edad Media. En él, por primera vez, vimos estatuas de figuras budistas entrelazadas, que no supimos muy bien cómo interpretar (vamos, que no se sabe si son madre-hijo, si es que es más bien rollo sexual o si es una depredación ). Luego estaba el tema de los budas-vampiros, con unos tremendos colmillos, algunos de ellos también enlazados a otra figura, a la que Lau estaba segura que le iban a chupar la sangre! (la verdad es que lo parecía!).Visitamos distintas capillas y subimos a los tejados, donde había un hombre bastante friki, que nos pidió que le sacáramos unas fotos en poses un poco raras... xDDD Otra cosa curiosa eran una especie de hornillos que funcionaban con energía solar, y que servían para hervir agua o calentar cosas; muy prácticos, y esa energía es inagotable!


Lau ante uno de los edificios principales


En el tejado


Veis el Potala al fondo?


Detalle del tejado




Buen sistema para hervir agua!

En alguna capilla conseguimos hacer algunas fotos sin que se enterasen, evitando el impuesto revolucionario que te cobran por hacer fotografías. Había unos cuantos monjes aquí y allá, haciendo su vida cotidiana, otro lavando túnicas granates, etc. Nos gustó mucho el monasterio, que daba la impresión de seguir su vida normal mientras lo visitábamos


Las cocinas medievales de Sera, llenas de enormes cacharros y utensilios!


Residencia de monjes


Paseando por las callejuelas del recinto monástico


Me encanta esta foto de Lau, es preciosa!

En uno de los edificios en que subimos a varias capillas entré sola un momento en una de ellas, y vino un monje a tirarme los trastos descaradamente, haciéndome mil preguntas en plan si estaba sola, si venía con mi marido, cuántos años tenía, etc. Al menos me enseñó la capilla y me explicó unas cuantas cosas! Tenían una movida traída de la India que era preciosa, una especie de maqueta de un templo o algo así. Por suerte, pronto entró Lau a buscarme, y le tocó también una explicación resumida de la capilla, pero al ver que éramos 2 ya me dejó tranquila. Aprovechamos para preguntarle por los famosos debates de monjes, porque era más o menos la hora en que los solían hacer, y ni rastro de ellos... Nuestra duda quedó rápidamente despejada, al ser domingo ese día los monjes se dedicaban a descansar y no había debates! Qué rabia!!


Rueda tibetana


En una capilla





Dimos unas cuantas vueltas, metiéndonos por callejuelas y recovecos, entrando en los distintos edificios, viendo a los peregrinos descansando en las pequeñas plazas, y cuando vimos que empezaban a cerrar algunos de ellos nos encaminamos hacia la entrada. Antes pasamos a ver un último templo, de camino al cual otros monjes nos llamaron sweeties!! XDDD habrase visto? más rezar y menos ligar, que no están ahí para eso!


Ruedas de oración derca del Ngagpa college


Pequeño patio


Callejuelas secundarias... Sera parecía un pueblecillo!




Peregrinos descansando en un patio

A las 3 y poco dejamos Sera y cogimos un autobús de vuelta a la ciudad. Tenía la impresión de que había mucho más para ver en la zona, como la ladera con pinturas budistas, un monasterio de monjas, el pequeño templo de Pabonka, etc. Y la montaña que hay detrás, con infinidad de grutas, eremitorios y pequeños lugares sagrados... pero no había más tiempo. Probablemente Sera merecería una visita de día completo. El bus al que subimos estaba atestado de gente que regresaba a Lhasa después de pasar el día en el monasterio; nos dejó en la zona nueva de la ciudad, cerca de un centro comercial chino bastante chungo. Desde allí regresamos a Beijing Lu, y Lau pasó por el Centro de Masajes de los Ciegos (en el que trabajan algunos ex-alumnos de la Blind School de Sabriye Tenberken) para ver si podían darle cita para esa tarde. Encontramos el edificio, bastante desastrado, y por fin dimos con el piso (no era tan fácil!). Un chico le dijo que volviera a las 6.


Pinturas budistas en la ladera de la montaña


Centro comercial al más puro estilo "tibetano"

Encontramos a Txema y Jorge en la sala de internet del Yak; yo temía que me cayera un súper vacile por lo del monje ligón de la capilla, pero no! Ellos estaban súper traumatizados porque unos chinos se habían acercado a ellos en el restaurante y les habían tirado los trastos, diciéndoles “very handsome... very very handsome”, y le tocaron el brazo a uno de ellos! juas! Qué risas nos echamos Lau y yo con ese tema!!! xDDD

Después recopilamos las fotos y, mientras Lau iba a que le dieran un masaje en el centro de masajistas ciegos yo me quedé con Jorge y Txema y fuimos al ciber del Snowland a grabarle a Tsering las fotos del viaje al Everest, como regalo (él no tenía cámara, y seguro que le hacía ilusión! ). Después estuvimos viendo un espectáculo callejero, donde un hombre vestido de mujer bailaba, reuniendo a una muchedumbre curiosa a su alrededor, con bastante éxito.

Quedamos de nuevo con Lau, que nos llegó tarde, y dimos unas vueltas al Barkhor, donde compré un par de cosas (una pulsera, una máscara tibetana del dios Ganesh –en forma de cabeza de elefante-, unos pendientes de turquesas y coral), tras un duro regateo en cada puesto. Había cosas muy chulas en algunas tiendas, pero el tiempo era escaso. Abundaba la ropa hippie, pero venía de India y Nepal, así que no compré nada de eso, ya habrá tiempo en un próximo viaje a esos lugares! Me quedé con Jorge un momento en un puesto, mientras Lau iba a reunirse con los demás. Cuando llegamos, ya estaban también Tsering y Jonathan, y fuimos a un restaurante tibetano con ellos. Tenía buena pinta, pero no había carta en inglés, y no sabíamos cómo explicar que no comíamos carne, con lo cual acabamos cambiando de nuevo al sitio donde desayunamos, la filial del Snowland. Durante la cena salieron algunos temas relacionados con la cuestión China-Tibet, y Tsering nos advirtió de que para él era muy peligroso hablar de eso, porque podía haber espías, así que cambiamos. Luego le invitamos a venir a España a vernos, y nos contestó que nunca podría; aunque consiguiera reunir el dinero, el gobierno chino no deja que los tibetanos salgan del país y restringe sus movimientos. Qué rabia dan estas cosas, cuando nosotros somos tan libres! También puede ser peligroso hablar de eso en público, pasamos a otro tema. Luego le dimos el CD con las fotos y le hizo muchísima ilusión, estaba tan agradecido... qué riquiño y abrazable era!


Lau con el gatito del primer restaurante

Después fuimos al Dunya a tomar unas cervezas tibetanas (según Lau, en comparación es mejor la cerveza china) y tés, y Tsering estaba fascinado por un grupo de negros que había en otra mesa, para él era como si fueran de otro planeta! Supongo que no habría visto muchos, él estudia en Lhasa pero es de la pequeña provincia de Qinghai, de etnia tibetana (que ocupa la mayoría de la antigua región tibetana de Amdo). Estuvimos un buen rato charlando con él y con Jonathan, y después tocó despedirnos, qué penita! Antes de irnos le dimos a Tsering un sobre con algún dinero para ayudarle a comprar libros para sus estudios, todo es poco para alguien tan bueno y especial como él!


Última foto de toda la expedición junta!

Volvimos al hotel tristes por tener que dejar el Tibet al día siguiente, echando ya de menos Lhasa, el Barkhor y la gente tan estupenda con la que habíamos compartido esos días tan especiales... Y al final no habíamos probado el tan nombrado como asqueroso té de mantequilla de yak, del que todo el mundo habla pestes! Pero seguro que volveremos... Lau y yo pensábamos lo mismo, por nosotras cambiábamos el billete y nos quedábamos en el Tibet hasta el final del viaje, es un lugar maravilloso, probablemente el más especial en el que he estado Pero quedaban aún muchos lugares increíbles que veríamos durante el viaje... Nos fuimos a cama tristes; mañana dejaríamos Lhasa


Espero que os haya gustado el capítulo! En Lhasa nos quedaron unos cuantos sitios interesantes por ver, como el monasterio de Drepung, el de Ganden, o el Norbulingka. Pero preferimos aprovechar el tiempo con calma y vivir más la ciudad, en lugar de ver cosas a toda prisa. Por desgracia, Lhasa está cambiando demasiado rápido, si tenéis pensado ir algún día os recomiendo que lo hagáis lo antes posible!

En breve, el próximo capítulo: Lhasa-Xi’an, o "cómo quisimos tener una buena cena y acabamos en comisaría", una de las grandes anécdotas del viaje! (es un capítulo cortito, y luego vienen los guerreros de terracota!)

"very very handsome" XDDDDD k grande el pichon k liga hasta con los "chinitos" (entre comillas, xq de chinito no tenia mucho, segun contaron era enorme) jajajaja

Estuvo bien el capitulo! tengo ganas d leer el siguiente ya, a ver k es eso de k terminasteis en comisaria.. xDDDD

Bueno, ahí va el siguiente capítulo, en el que acabamos en comisaría... espero que os guste!!

8 de octubre de 2007: Lhasa-Xi’an

Nos levantamos tempranito, recogimos todas nuestras cosas y dejamos el Aku Tonpa. Pasamos por última vez junto a la tiendecita de barrio donde de vez en cuando comprábamos alguna cosa y salimos a Beijing Lu, donde paramos un taxi para ir hasta la pequeña estación de buses que hay junto al Potala. Una vez allí subimos al bus del aeropuerto, y pagamos los 25 Y correspondientes. Nos íbamos de Lhasa y del Tibet, qué pena!! Espero volver algún día…


Última vista del Potala...


Justo ahí es donde se hace cola para conseguir entradas

Tanto Lau como yo pedimos ventanilla al facturar, y a las 12 salió nuestro avión… Pronto los ríos y valles del Himalaya quedaron allá abajo, mientras nos alejábamos de ellos con tristeza Durante el vuelo aprovechamos para comer algo, un arroz con una cosa extraña que dejamos; y al cabo de unas horas llegamos al aeropuerto de Xi’an, recogimos nuestro equipaje y fuimos a buscar un bus que nos llevase al centro. Había uno que se dirigía a la estación del tren, y lo pillamos por 25 Y cada uno. Al cabo de un rato apareció la ciudad, bastante grande, con unas murallas que parecían muy chulas, y tras un corto recorrido por ella llegamos a la estación. Aquello se parece un poco a Kunming, grandes edificios y avenidas sin mucho encanto… Pero la muralla está al lado de la estación, y hace que la zona sea mucho más bonita. Hace un poco de frío y llueve, el tiempo no acompaña mucho; además, ya había aprendido a respirar de forma que me afectase menos la altitud, y aquí estamos a sólo unos cientos de metros sobre el nivel del mar, se me hace raro y no consigo acostumbrarme a respirar normal de nuevo, buf! queremos volver a Lhasa!!!


El Tibet desde el aire...




La "comida" del avión

Lo primero que hacemos, antes de nada, es comprar los billetes de tren a Pingyao. Esta vez nos resulta tremendamente fácil, nos entienden enseguida y conseguimos plazas en el nocturno del día siguiente, en literas blandas, por 135 Y!
Nos pasamos un momento por una oficina de correos, y luego empezó la odisea! Estábamos cargando con las mochilas, y necesitábamos conseguir un taxi que nos llevase al albergue, el Qixian 7 Sages. Total, que nos pusimos en la calle, y hablamos con unos cuantos (otros ya ni paraban!), pero no había manera! No sabemos si por ser occidentales, por tener las mochilas, o porque simplemente topamos con la asociación de taxistas gilipollas de China central… ninguno nos quiso llevar! Total, que cargamos las cosas a la espalda de nuevo y echamos a andar, tampoco estábamos tan lejos que no se pudiera hacer esa distancia. Lo único malo era que seguía lloviendo un poco! Pasamos ante una clínica de maternidad, y nos llamó la atención que había un montón de tiendas de cosas para bebés y movidas por el estilo. Claro, sólo pueden tener un hijo, y hay mogollón de negocio montado alrededor de eso… Al cabo de un buen rato llegamos por fin a nuestro albergue, que estaba bastante bien, y fuimos a descansar un momentito a las habitaciones. Fuera llovía… poco después escampó, y salimos a caminar por la ciudad.


Nuestra habitación!


El albergue

Había tiendas de aparatos electrónicos, grandes avenidas, etc. Nos dio la impresión de ser una ciudad muy china, pero desarrollada. Entramos en un par de tiendas a curiosear, entre ellas una oficial de Sony, para ver si los precios eran tan baratos como decía la gente… y eran casi los mismos! pues vaya! luego nos topamos con una pequeña pastelería que vendía dulces y pastas al peso, y Lau y yo nos compramos una buena bolsa llena de magdalenas y bollos por sólo 8 yuans Fuimos comiendo y andando hacia el barrio musulmán. La Torre de la Campana, muy famosa, la vimos de lejos al pasar, pero habíamos oído hablar bien de ese barrio y tiramos hacia allí. En Xi'an vive una numerosa minoría hui, los chinos musulmanes, que se concentran en esa zona. Pronto llegamos; el barrio era muy chulo, decorado con muchas lucecitas, puestecillos de comida, callejuelas estrechitas llenas de tiendas, en plan bazar, etc. Entramos en una de ellas a preguntar por una baraja de cartas (la de Irak) y unos pins de China, y acabamos saliendo con eso y unas marionetas de sombras chulísimas, hechas de cuero. Nos pedían 150 Y por cada una, pero conseguí sacar 4 por 100! jeje


La Torre de la Campana


Puestos de comida en el barrio musulmán


Tiendas


Marioneta de sombras (aunque las nuestras son más bonitas)

En otra tienda compré unas pequeñas láminas pintadas a los propios autores, y dimos unas cuantas vueltas, hasta que se nos ocurrió cenar. Vimos un sitio de estos en los que te ponen una pota en medio con 2 tipos de sopa y vas haciendo tú las cosas, lleno de chinos, y decidimos comer allí. El sistema era por palillos: tú ibas cogiendo los distintos palillos que querías, te hacías las cosas en la sopa, y al final contaban los palillos que tenías, para cobrarte. Vino un chico con poca pinta de chino y el gorro típico de los hui, que hablaba más o menos inglés, y nos trajo unos cuencos de salsa de sésamo para acompañar, y algunas cosas más. Luego fuimos cogiendo algunos palillos, para probar, y empezamos a comer. Pero justo entonces pasó un chico americano por nuestra mesa, y nos advirtió de que en ese sitio les había timado más de 80 € por la cena a él y a su grupo!! Eran 6…ostras, qué mal rollito! Bueno, sólo habíamos pillado unos cuantos palillos para ir probando, pero aún no teníamos muchos, por suerte! En la mesa de al lado una pareja de chinos, con muchísimos palillos, pagaron con 100 Y, les dieron bastante vuelta y se fueron… nos intentarían tangar también?

Nos comimos lo que teníamos ya y pedimos la cuenta. Efectivamente, nos pedían más de 388 Y por la cena, y eso que sólo habíamos comido 3 (Txema no tenía hambre y pasó)! Me cabreé muchísimo, le exigí al que desde entonces rebautizamos como el “chino moro” que revisara la cuenta, y luego nos seguía pidiendo 288 Y, casi 30 euros! habrase visto, qué morro! El tío de repente ya no hablaba inglés, qué casualidad! Pues si quería ir por las malas, lo iba a conseguir… le quité la cuenta y le tiré el dinero al suelo sólo por fastidiar, en plan “si lo quieres, ahí lo tienes, gilipollas”. Siendo yo una mujer sabía que le iba a joder el triple! Luego le dije que le pagaba, pero que iba ahora mismo a ponerle una denuncia a comisaría. El tío se partía… pues vas a ver tú! Le sacamos unas fotos al restaurante por fuera, mientras el otro seguía riéndose… sigue chaval, que el que ríe el último ríe mejor! Salimos de allí, y los demás pensaban que ya no haríamos nada y nos joderíamos, pero no! Les dije que lo iba a denunciar de verdad, y busqué a un policía. Le pregunté, y coincidió que estábamos justo al lado de una comisaría, juas!

Entramos los 4 en ella, y la escena con la que nos encontramos era digna de una peli: una sala bastante grande con sillas a los lados, en las que estaba sentado medio barrio, todos dirigiendo la vista a la tele que había al fondo, donde una telenovela china les tenía copada su atención. En el lado opuesto a la tele, un señor que parecía de mayor rango, no sabemos si sería el comisario o quien, sentado en su silla, tras una gran mesa. Todas las cebezas se giraron cuando entramos... Los policías nos indicaron que nos sentáramos, y nos preguntaron (como pudieron) qué queríamos. Le expliqué a aquel hombre, guía de conversación en mano, que en el restaurante nos habían timado y queríamos denunciarles. Les enseñamos las fotos para que vieran cuál era, y nos dijeron que esperásemos. Uno de ellos salió, y al poco regresó con un chico que había encontrado en la calle, que hablaba un poco de inglés. Luego les explicamos todo con más detalle, y finalmente pidieron a Jorge que les acompañase al lugar, para hablar con el chino-moro y ver qué había pasado. Pero Jorge les dijo que mejor fuera yo, que hablaba mejor inglés (en realidad, porque tengo mucho peor genio que ninguno de los otros, y no me iban a ablandar!).


No vayáis a comer a este sitio!!


Restaurante del chino-moro

Volví con el “comisario” y el chino-intérprete al restaurante. Cuando nos acercábamos, vi al chino-moro salir huyendo calle abajo… ya no se reía! Entramos en el restaurante y llamaron al gerente, un chino de unos 50 años vestido de traje, muy serio, que no daba crédito a que le estuviera denunciando. Le expliqué lo que pasaba; él al principio no daba el brazo a torcer, y le dije que vale, que por mi parte no llegábamos a un acuerdo y quería seguir adelante con la denuncia. Al hombre le cambió la cara , y empezó a negociar. Yo quería que nos devolviera como mínimo 200 Y, y él como mucho 100. Pero yo no me movía, y al final accedió a devolverme 150 Y, dejando la cena en 138 Y en lugar de 288. El comisario me dijo en ese momento que era un buen acuerdo, porque el moro aquel se había cuidado mucho de no escribir en la cuenta exactamente lo que era cada cosa… así que era imposible saber al 100% lo que habíamos comido. Vaya… lo pensé, y al final acepté. Pero antes le dije al fulano del restaurante que me iba a preocupar de que su mierda de local estuviese en internet como no recomendable, por timar a la gente. Por el camino de vuelta a la comisaría el policía estaba preocupado por si no había comido bien y me quería invitar a cenar xDD Me pidió también que no pusiera lo que había pasado en internet, porque sino quien quedaba mal era él y su equipo, y nos habían ayudado…

Por fin regresamos junto al resto, que fliparon al ver que al menos habíamos conseguido eso! Nos despedimos de los amables policías y el chino-intérprete, y entre risas fuimos a buscar algo para picar, que seguíamos con hambre! Encontramos unos puestos de gente honrada, donde una mujer nos vendió una mega bolsa de gusanitos por 1 Y, y luego pillamos unas castañas asadas que estaban deliciosas!
Desde allí pillamos un taxi al albergue, y nos conectamos un momentito a internet. Yo no miré casi nada en la red, había descubierto una caja de pinturas y una pared llena de banderitas que podía dar juego, y me puse a pintar! Mientras tanto, apareció un gatito precioso, blanco, del que acabamos diciendo que era lo mejor de Xi’an, y estuvo mogollón de rato con nosotros.


Pintando la bandera republicana


Lista!


El gatiño

Luego nos fuimos a descansar. Fuera seguía lloviendo, pero nosotros ya estábamos en nuestras habitaciones, y mañana veríamos los guerreros de terracota del emperador Qin Shi Huangdi!!


Ya van quedando menos capítulos, en realidad sólo 5, porque el último es la vuelta... En el próximo, nos dedicamos a ver los guerreros de terracota, y dejamos Xi'an! prometo ponerlo pronto!

Por fin lo he leido!!! No tuviera tiempo antes!

Menuda montaste!! jaja asi me gusta! Menudo genio tienes...

Me gusto mucho el capitulo y que bien te quedo la bandera republicana!

A esperar al siguiente

lolyvill, veo que has actualizado recientemente! A ver si me pongo al dia que aun me faltan por leer cuatro capitulos creo... Pero muchas gracias!

Os dejo el siguiente capítulo, en el que tenemos uno de los grandes hitos del viaje: los guerreros de terracota!! Espero que os guste!!

9 de octubre de 2007: Xi’an

Nos levantamos temprano, aunque un poco más tarde de lo que teníamos previsto. Fuera, de nuevo, llovía y el tiempo no era nada bueno. Recogimos nuestras cosas, jugamos un poco con el gatito del albergue y fuimos a hacer el check out; nos permitirían dejar las mochilas en recepción hasta que regresáramos, perfecto!


Jorge, con el gatito


Era precioso!

Luego salimos y fuimos caminando hasta la estación del tren. Justo al lado está el parking del que salen los autobuses públicos en dirección a los guerreros de terracota (1 hora de trayecto). Localizamos uno que estaba a punto de salir, y subimos. El bus no era una maravilla, pero tampoco estaba mal, y costaba 7 Y por persona. Al poco partimos, y fuimos bordeando la ciudad, cerca de las murallas. Y entonces, de repente, Jorge se puso mal! Ya desde el Everest había ido arrastrando dolor de estómago, y ahora tenía gastroenteritis! Vaya... teníamos que volver al albergue, y rápido! yo le ayudé, y le expliqué a Lau cómo se decía en chino que parase, para que se lo dijera al busero. Contra todo pronóstico, la entendió, y nos bajamos aún en Xi’an, pero lejos del albergue. Menos mal que aún no habíamos tenido que pagar!


Murallas medievales de Xian

Por suerte, esta vez sí conseguimos un taxi. Jorge estaba fatal, y el taxista no se empanaba del camino, hasta el punto de que le tuve que explicar yo más o menos el camino. Finalmente, tras un trayecto más largo de lo esperado, llegamos. Pillamos una habitación para Jorge (120 Y) y llevamos allí nuestras cosas. Sacamos las medicinas que llevábamos, se metió en cama y al rato pareció estar mejor. Esperamos por allí, con la compañía del gatito, muy cariñoso, que quería estar con nosotros. Alimentamos al gato a base de unas galletas que había comprado Txema, hasta que Jorge mejoró. Pensaba quedarme con él, pero me dijo que fuera y no me perdiese los guerreros, y que sacara muchas fotos. Pero qué pena que él no viniese... Cuando vimos que con un poco más de descanso estaría mejor, nos despedimos de él y nos fuimos. De nuevo en la estación, volvimos a coger otro bus, que esta vez resultó ser mucho más cómodo, también por 7 Y, y salimos. Hacía un día muy pocho otra vez, llovía…

Al cabo de una hora llegamos al recinto, que resultó ser un laberinto... han montado un circo tremendo alrededor de los guerreros, con todo tipo de merchandising imaginable. Había una gran avenida, y mogollón de tiendas entre las que nos perdimos, hasta que finalmente una china nos rescató y nos condujo a la ticket office, aleluya! Los tickets costaban 90 Y, pero con carnet de estudiante sólo 45, y aún lo teníamos todos. Además, se compraban en una taquilla aparte, y evitamos la cola que había en la normal

El ejército de terracota se encontró en 1974, cuando unos campesinos toparon con una de las fosas por azar. En aquel momento nadie podía imaginar lo que había allí debajo, pero desde entonces ha ido saliendo a la luz uno de los yacimientos arqueológicos más impresionantes del mundo (me río yo de la clasificación esa de las nuevas 7 maravillas, si no está esto!). El mausoleo del primer emperador Qin es algo increíble... Este emperador fue el primero en unificar China; fue quien comenzó algunos proyectos de construcción titánicos, como la Gran Muralla, unificó los pesos, medidas y moneda, y la escritura china. Pero en su momento fue recordado como un dictador cruel. Si os interesa este tema, os recomiendo un documental buenísimo, se llama Los soldados de terracota, en dos partes, y recrea por infografía cómo eran algunas partes del mausoleo en su época. El mejor de los que he visto sobre los guerreros de terracota, con mucha diferencia. La película Hero, de Zhang Yimou, también se desarrolla en la época de Qin Shi Huang.

Entramos en el recinto, y decidimos hacer el recorrido en orden de menos a más impresionante, así que tiramos hacia la fosa nº3. Recorrimos jardines y más jardines, hasta que finalmente la encontramos, y entramos en ella. Es el más pequeño de los 3 yacimientos que se pueden ver, pero no nos defraudó: en una fosa en forma de cruz hay más de 70 figuras de guerreros de caballería y caballos: los jefes del ejército, al parecer, porque por las cabezas se puede distinguir que muchos de ellos eran oficiales de alto rango. También hay una parte en la que se hacían sacrificios antes de ir a la batalla. Flipamos... y ésta era la pequeña!


Fosa 3




Figuras rotas en la fosa 3, tal como las han encontrado... luego queda jugar a hacer puzzles!

Al salir de la fosa 3, nos dirigimos a la 2. Ésta es bastante más grande (unos 1300 guerreros y caballos), pero aún no está muy excavada. Lau y yo intentamos imaginar lo que hay enterrado ahí debajo... flipamos mucho más Algo que nos encantó de esta fosa es que junto a ella hay una pequeña exposición con algunas de las figuras que han desenterrado, ya limpias. Estuvimos un buen rato contemplando las estatuas, todas con rasgos diferentes, en las que aún se apreciaban restos de la antigua pintura que las recubría. Eran impresionantes, y más aún si te parabas a pensar cuántas había! Los cuerpos fueron hechos con varios moldes, al parecer, pero lo de las cabezas es una pasada... si te fijas se aprecian razas y rangos diferentes, es súper interesante. De las estatuas, me gustó especialmente la de un arquero arrodillado, era preciosa. Había algunas más de oficiales, un caballo, etc. Era súper interesante, y nos pasamos un buen rato dando vueltas observando las figuras.


El arquero


Un guerrero con su caballo


Guerrero


Igual que el la fosa 3, en ésta también había bastantes figuras destrozadas

Finalmente nos vamos a ver la fosa 1, y nos quedamos sin palabras... wow!!! Es la ostia... un inmenso ejército de guerreros mudos nos recibe, inmóvil. Se estima que hay unos 6000 guerreros en total, en 14.000 m2, pero la fosa está aún sin excavar en gran parte (se ha desenterrado unos 4.000 m2). En la parte delantera hay varias filas de arqueros, detrás de los que se sitúa el grueso del ejército, que estaba armado. Curiosamente, sólo se ha encontrado un guerrero intacto, debido a que tras la muerte del emperador sus súbditos se rebelaron e incendiaron el recinto de los guerreros, cuyo techo de madera cedió en algunas partes. En ese momento también se robaron muchas de las armas. En la fosa originalmente había también una treintena de carros de madera, que no se han conservado. Dimos una vuelta por allí, fijándonos sobre todo en las cabezas, las posturas de los cuerpos… era increíble que todo aquello fuera una mínima parte de la tumba de un hombre! En esta fosa aún están excavando, pero no se ve a los arqueólogos, porque trabajan por la noche. Nos pasamos mucho tiempo contemplando a los guerreros, leyendo cada panel explicativo, maravillados


Fosa 1


Impresionante!!!






Estos son los guerreros que habían sacado de las fosas recientemente, y estaban siendo reconstruidos

Viendo el mapa de la zona, se pueden apreciar los diversos yacimientos que hay alrededor de la tumba de Qin Shi Huang, muchísimos! Los otros, que aún no están abiertos al público, también están siendo excavados, y en algunos han encontrado jardines, acróbatas, músicos, jueces... En total hay unas 30 fosas que aún tienen mucho que revelar, cuando vayan siendo excavadas. Este mismo mes, a mediados, se encontraron otros 100 guerreros! Lau y yo decidimos que habrá que volver, seguro, dentro de muchos años. Este lugar no tiene desperdicio! Tras pasar un montón de tiempo viendo con detenimiento aquel ejército silencioso, salimos de nuevo afuera, aún flipando por la magnitud de la fosa 1.

Hacía frío y seguía lloviendo, así que hicimos un alto en el camino y nos metimos en la cafetería, donde pedimos unos chocolates calentitos. Sacamos las galletas de Txema (se había comprado una mega caja en el Tibet) para acompañar la taza de chocolate, y entramos en calor, que falta nos hacía. Estuvimos allí un buen rato, se estaba genial Cuando por fin salimos nos dirigimos a la parte que nos faltaba por visitar, el museo, donde se exponen otras cosas que se han encontrado, además de los guerreros. Entre otras cosas, dos carros imperiales de bronce, muy bien hechos (si vais, fijaos en el mecanismo de la sombrilla!), armas, restos de telas, etc. Los carros son impresionantes, un prodigio de la técnica de esa época... me encanta todo


Galletitas con chocolate!!


Carros imperiales



Vemos que aquello está a punto de cerrar, y vamos un momento a la tienda, en la que me compro varios libritos sobre el yacimiento; entre ellos, uno con fotos de las distintas cabezas que me fascina. Venden también postales de los campesinos que lo encontraron, para que les pidas un autógrafo! XDD Tras la tienda, salimos. Atravesamos las avenidas de tiendas y curioseamos en una. Tienen un montón de figuras de los guerreros, algunas chulísimas... me siento tentada, y acabo regateando hasta la muerte por unos muy bien hechos de tamaño medio, de buena calidad. Me pedían una pasta, pero los saco muy bien de precio

Al salir, todo estaba cerrado ya... Cogimos de nuevo un bus de regreso a Xi’an, y vemos la tumba de Qin Shi Huang, aún intacta, al pasar. Según la leyenda y las crónicas de la época, bajo el montículo hay un palacio subterráneo que reproduce cómo era China en el 210 a.C., con palacios en miniatura, piedras preciosas, montañas, e incluso ríos de mercurio; todo ello rodeado de trampas ocultas para ahuyentar a los intrusos. Se creía que eran sólo leyendas, pero cuando a los arqueólogos se les ocurrió analizar el suelo junto al túmulo se encontraron con que los valores de mercurio se disparaban! Se dice que los artesanos que trabajaron en ella fueron enterrados vivos en ella también, para que no pudiesen revelar sus secretos... Por ahora no se piensa abrir la tumba, hasta que las técnicas de la arqueología hayan mejorado lo suficiente para poder preservarla adecuadamente tras su apertura. La tumba está a 1,5 km de los guerreros, y alrededor de ella se reparten las otras fosas que están siendo excavadas. En el mausoleo trabajaron unas 700.000 personas durante más de 30 años; tiene que ser increíble poder ver todo lo que hay sepultado ahí debajo! Definitivamente, volveré a este lugar algún día!


Bajo ese montículo está la tumba de Qin Shi Huang!

De vuelta en Xi’an fuimos al albergue, donde recogimos a Jorge, que estaba ya muchísimo mejor, menos mal! Cogimos las mochilas y pedimos un taxi (con taxímetro) para ir a la estación, con el día que estaba no nos apetecía caminar más. Una vez allí, el ritual de siempre: pasar las cosas por un escáner, esperar a que llamen para poder bajar a la vía, y por fin subimos al tren. Una vez dentro hubo un pequeño malentendido con el compartimento que nos correspondía, y así conocimos a una china muy maja, que nos dijo que tenía un albergue en Pingyao, y que si necesitábamos algo al llegar nos ayudaría. El tema se solucionó en un par de minutos, y una vez acomodados dentro cenamos algo. Lau y yo habíamos comprado unos noodles instantáneos, y nos los comimos antes de dormir, estaban muy buenos! Luego, a camita, que había que madrugar para bajar en Pingyao!


Cena improvisada en el tren!


Os recomiendo mucho el documental, en serio! sobre todo a quienes vayáis a ir a Xi'an. Pronto os pondré el siguiente capítulo, Pingyao y una noche de pesadilla!!

Como siempre impresionante el capitulo,la verdad es que los guerreros son dignos de ver espero poder visitar esa parte de china algun día.Ale a contunuar que ya queda menos.

Hay muchas cosas k kiero ver algun dia, y los guerreros estan en la lista sin duda!! Son impresionantes y a saber lo que queda por descubrir aun!

Habra k verse el documental tb...

Me encanta este diario, aun no lo he leido entero (lo vi en otro foro) pero se me hace la boca agua con todos esos paisajes...a ver si saco tiempo y leo mas. Muy muy util.

Hola chicas!!! Acabo de registrarme pero llevo tiempo leyendo vuestro diario. He de deciros que me encanta, que me rio mucho con vuestras ocurrencias y que me esta sirviendo de ayuda para organizar mi segundo viaje a China, esta vez a "zonas mas remotas". Queremos hacer Yunnan y tibet, y no sabemos si incluir o no guizou (o como se escriba). ¿me lo recomendais? (tenemos 21 dias de viaje)

sandy_su81 escribió:

Hola chicas!!! Acabo de registrarme pero llevo tiempo leyendo vuestro diario. He de deciros que me encanta, que me rio mucho con vuestras ocurrencias y que me esta sirviendo de ayuda para organizar mi segundo viaje a China, esta vez a "zonas mas remotas". Queremos hacer Yunnan y tibet, y no sabemos si incluir o no guizou (o como se escriba). ¿me lo recomendais? (tenemos 21 dias de viaje)

Si veis que tenéis tiempo yo lo incluiría, al menos un par de días para ver Huangguoshu y algún pueblecillo de minorías étnicas. Aparte de esta, las zonas más chulas son en la que ha estado btc_93, y la que está cerca de Kaili. Yo creo que vale la pena! recuerdo que en Amazon había una guía sólo de Guizhou, quizá os pueda interesar si finalmente vais a esta provincia.

Guizhou mola porque apenas hay extranjeros, y el contacto con la gente es mucho más espontáneo y directo. En cuanto a experiencias, fue de lo mejor del viaje, sin duda!

Me alegro de que te esté gustando el Diario!! en breve colgaré otro capítulo, el de Pingyao!

eiii! Tengo que ponerme al día con este diario, llevo como 4 o 5 capitulos sin leer!!!! las fotos son impresionantes a ver si tengo un hueco por casa y te leo del tiron! A lomejor el año que viene hacemos un grupito y vamos

un beso guapa!

Sure, ya sabes que yo te animo a ir a China! y si necesitáis que os eche una mano aquí estoy!

Os cuelgo el siguiente capítulo, espero que os guste!

10 de octubre de 2007: Pingyao-Taiyuan

El despertador nos sonó muy temprano, tuvimos que ponerlo al no ser Pingyao la última parada. Aún así, ya nos venía una china a despertar por si acaso. Recogimos las cosas, y en un ratito llegamos. En la ciudad hacía frío y llovía, estaba un día muy desapacible Por suerte, la mujer del día anterior se ofreció a ayudarnos. Al principio pensábamos que algo querría, pero no, fue encantadora y se portó genial con nosotros. Nos dijo que si queríamos podíamos dejar las mochilas en su albergue mientras veíamos la ciudad, y hasta esperó para ver si podíamos comprar los billetes de tren a Beijing. Nada, era imposible... Aceptamos su ofrecimiento, y pillamos un rickshaw hasta el Harmony Guesthouse, por 10 Y entre todos. Al cabo de un rato estábamos allí, con una taza de té caliente... se estaba genial, mientras que fuera parecía que casi había que andar en piragua, llovía a cántaros. La mujer del Harmony nos dijo que si queríamos intentaba conseguirnos ella los billetes a través de un contacto en Taiyuan, por una módica comisión, y aceptamos. Si no había suerte, siempre nos quedaba la opción de los buses a Beijing, aunque no fuera tan cómodo.

Ya puestos, decidimos desayunar (estaba todo muy bueno), y Jorge, que aún no estaba bien del todo, pilló una habitación individual para descansar un poco y recuperar fuerzas. La casa estaba muy chula, era de época Ming y se conservaba bien, con su pequeño patio rodeado de habitaciones (por si alguien se queda en Pingyao, en algunas tienen camas tradicionales estilo Kang, algo que puede encontrarse en pocos lugares). La habitación de Jorge daba al patio y era pequeña, pero cómoda


El patio del Harmony... me encantaban este tipo de casitas chinas!



Para pasar un poco el tiempo, como llovía tanto, nos conectamos un rato a internet mientras esperábamos a ver si escampaba un poco. Al cabo de un rato, por fin, paró, y aunque caían aún 4 gotas salimos. Hacía frío y el día era desapacible, así que nos fuimos metiendo en toda cuanta tienducha veíamos, a curiosear, aunque no compramos nada. En la mayoría de ellas vendían objetos antiguos, vamos, que daba la impresión de que habían ido a saquearle la casa al abuelo y se habían llevado todo para allí!

Antiguamente Pingyao prosperó como un centro de comercio muy importante, en un cruce entre rutas; los locales hicieron mucho dinero, y su éxito, sobre todo durante la dinastía Qing, les llevó a crear los primeros bancos y cheques del imperio chino, para facilitar grandes transferencias de capitales (curiosamente, hoy no hay cajeros ni bancos en toda la ciudad, ironías del destino!). Pero después, en el siglo XX, la ciudad cayó en la pobreza, y como no había dinero para modernizarla quedó intacta.


Chove en Pingyao



Pingyao es bonito ; nos pareció más auténtico que Lijiang, aunque casi todos los negocios son tiendas de esas, pero venden cosas más antiguas, y es una ciudad más típicamente china. Había muchas monedas antiguas y cosas por el estilo. Las típicas casitas chinas son bajas y de ladrillo gris, de la época Ming, y las callejuelas de baldosas, decoradas con linternas rojas. Es una ciudad especial, porque toda la parte antigua se ha conservado encerrada tras las murallas, entera, cosa rarísima en China, lo que le confiere una cierta magia de la que carecen otros sitios. Es una pena que nos hiciera tan mal día, lo habríamos disfrutado mucho más si estuviera soleado. Hay un pase especial que permite el acceso a todos los monumentos (unos 20) durante 3 días, pero costaba 120 Y, por lo que decidimos disfrutar de la antigua ciudad medieval sin más, callejeando un poco. Aparte de un par de calles principales, que son más turísticas, en el resto la gente hace su vida normal, y es una pasada ver cómo está tan viva la ciudad entera, siendo tan antigua. Dimos un buen paseo, perdiéndonos por las calles, sin rumbo fijo, y luego fuimos a buscar a Jorge.






Decoración de una fachada

Ya era mediodía, y pensamos en buscar un sitio para comer. Resultó que había un Sakura, y acabamos yendo allí: era mucho más pequeño que el de Lijiang, había menos platos en el menú y era más caro, pero la comida estaba buena. Lau pidió lasaña vegetariana, y se la trajeron de carne, al final la pobre acabó esperando mogollón a que le trajeran otra nueva Por suerte, había un ordenador con Internet que se podía usar gratis, y nos entretuvimos un poco mientras esperábamos a que nos sirvieran. También pedimos unas sopas para entrar en calor. Lau llenó la suya de picante, para evitar acatarrarse más.


Lau, con su sopa cubierta de picante

Tras la comida regresamos al Harmony; desgraciadamente, la mujer no había podido conseguir billetes de tren, así que tendríamos que ir a Taiyuan y comprar allí billetes para el bus nocturno. Qué se le iba a hacer! Salimos otra vez a dar otra vuelta por Pingyao, y esta vez tiramos hacia las murallas. De camino, nos encontramos con un albergue muy curioso…


Catholic Guesthouse


Llegando a las murallas

Al cabo de un ratito estábamos ya en las murallas, que están muy bien conservadas. Son de finales del siglo XIV, tienen 10 m. de altura y rodean toda la ciudad, a lo largo de 6 km. Nosotros fuimos a dar a una de las puertas, donde había una de las 72 torres de la muralla, y salimos para verla mejor. Desgraciadamente, no podíamos entrar sin el pase para todos los monumentos de la ciudad, así que la vimos sólo por fuera. Al salir por la puerta había una especie de parque, y la gente empezaba a salir a pasear, una vez pasado el chaparrón.


Una de las 72 torres


Panorámica de la muralla






Lau, haciendo amigos

Estuvimos un rato contemplando la muralla, y después volvimos a la calle principal, donde había una mujer con un monito que servía como atracción turística, vestido de forma un tanto ridícula, y que me dio un poco de pena. Luego subimos a la Torre de la Ciudad (5 Y), el edificio más alto de Pingyao. Nos metimos por unas escaleritas estrechas, y pronto salimos a un pequeño balcón. Las vistas desde allí eran muy hermosas, se podían ver todos los tejaditos antiguos de la ciudad, todos grises y parecidos, con sus pequeñas chimeneas… nos encantó


El pequeño mono


Panorámicas desde la Torre de la Ciudad




Txema observando Pingyao


Lau!

Después nos metimos en alguna tienda más, sin comprar nada, y finalmente decidimos ir tirando hacia el Harmony. La ciudad vieja amurallada de Pingyao nos había fascinado, era una pena que hiciera tan mal tiempo, con lluvia y frío!


La Torre de la Ciudad


Escenas de la vida cotidiana en Pingyao



Volvimos al Harmony con tiempo, para pillar un bus a Taiyuan. Recogimos nuestras cosas, le dimos las gracias a la buena mujer y buscamos un rickshaw para ir a la estación de buses. Pero en vez de llevarnos a esa nos llevaron a la de tren, y nos quedamos en la calle de delante de ésta, sin saber muy bien para dónde tirar Hubo un momento de confusión, nadie conseguía indicarnos donde estaba la estación de buses! Por suerte, al final unos hombres que nos querían llevar en rickshaw pararon a un bus en la carretera (que desconfiados éramos, al principio no nos fiábamos de ellos), que iba a Taiyuan. Este bus paró en la estación, y compramos los billetes para seguir hasta la capital de la provincia de Shanxi (25 Y por cabeza). La estación debía haber cambiado de sitio, porque no estaba nada cerca, ni tampoco donde salía en el mapa!
Pero bueno, ya estábamos en camino, y hora y media después llegábamos a Taiyuan, ciudad que no nos motivó mucho, y encontramos la estación fácilmente. Una vez allí, compramos 4 billetes en bus nocturno a Beijing, sin muchas dificultades; llegaríamos por la mañana, tempranito

Todo parecía perfecto, y nos metimos en un súper para aprovisionarnos por si nos entraba hambre durante el largo trayecto: compramos phoskitos, patatas, galletas, etc. (qué visionarios fuimos!).

Luego buscamos un lugar para cenar, pero no había muchas opciones... vimos un chino con pinta de ser bastante caro, pero chulo, y fuimos allí. Nos cortamos mucho pidiendo, por si acaso; el menú estaba sólo en chino, pero nos apañamos con las guías de conversación. Al final resultó ser muy barato, y la comida estaba buenísima (eso sí, alguna picaba mogollón!).
Fuimos con tiempo a pillar el bus, y vimos que nos habían tocado los asientos de atrás de todo, menos uno; al no poder ir reclinados, iríamos más incómodos. Bueno qué se le iba a hacer… nos acomodamos como pudimos, e intentamos descansar. Nos costó dormirnos, y además al poco rato de salir vimos que estábamos parados, el bus no se movía, durante mucho tiempo... Con el agotamiento nos acabamos durmiendo, hasta que de pronto vimos que estábamos de nuevo en Taiyuan! El busero había decidido volver, no sabíamos muy bien por qué, algo pasaba en la carretera... nos devolvieron la pasta y nos dijeron que volviéramos a las 6:30 de la mañana. Y era ya la 1 y pico... Empezaba la pesadilla!

Se nos ocurrió que podíamos intentamos ir a dormir a alguno de los hostales recomendados en la Lonely, y metimos las cosas en un taxi. Mientras tanto, se nos acercaron unos chicos, diciéndonos que había un sitio para dormir allí al lado por 10Y (1€), y nos señalaron un callejón oscuro de mala muerte. Pasamos de ellos, y justo entonces nos dimos cuenta de que uno le estaba metiendo la mano en la mochila a Jorge! Por suerte, no le robó nada... Subimos al taxi, y le enseñamos las direcciones en chino.

El taxista no se enteraba... nos llevó a un hotel de 4*, sin hacer mucho caso a las indicaciones. Costaba una pasta, y teníamos sólo 5 horas, así que pasamos. Nos llevó a otro, que tampoco era, y acabamos un poco tensos ya... al final conseguimos que nos llevase a donde queríamos, y nos pidió disculpas. Le acabamos pagando un poco menos, lo equivalente sin habernos dado tanta vuelta. Bajamos, y fuimos a probar suerte en el primero de los sitios.

En el hostal no había sitio, estaba lleno, y en el de al lado ocurría lo mismo. Al parecer les había pasado lo mismo a otros buses, y todos los alojamientos asequibles estaban completos... Decidimos pasar la noche en un 24 h. chino, pero no tenían agua, ni coca-cola; sólo comida, agua caliente y cerveza, y no teníamos hambre. Salimos arrastrándonos con las cosas, sin saber qué hacer, en la ciudad más inhóspita del planeta (ese día Taiyuan le quitó el honor a Patras!)... y de repente vemos un Mc Donald’s 24 h. que ya habíamos visto antes, y que se convertiría en nuestro refugio inesperado por una noche (desde esa noche ya no les tengo tanta tirria a los Mc Donald’s!). Allí nos resguardamos del frío y el cansancio (Jorge llegó a dormir tumbado!), y pasamos la noche. A mí se me caía la cabeza del sueño, pero aguanté como pude... Comimos algo, y también abrimos algunas de las cosas que habíamos comprado en el súper. Estuvimos hablando y debatiendo qué hacer. Jorge quería ir en avión, pero era más caro, y ni sabíamos dónde estaba el aeropuerto... y el bus de las 6:30 llegaría sobre las 13:00, tampoco era tan mala opción. Hubo discrepancias, pero al final optamos por el autobús. A mí me daba un poco igual, las dos posibilidades tenían pros y contras.


Caras de circunstancias... habrá que pasar la noche como se pueda!


Cayéndome de sueño y cansancio


Sin embargo, hasta hubo quien consiguió dormir!! le distinguís de las mochilas?

A las 5 am fueron Lau y Txema a comprar los billetes, en teoría demasiado temprano, pero menos mal, porque la taquilla abrió a esa hora, y consiguieron unos asientos de puta madre, mucho más cómodos. Luego vinieron a recogernos al Mc Donald’s, y vuelta a la estación, comenzaba un nuevo día!


Ya veis vaya peripecias nos ocurrieron ese día... En breve, el siguiente capítulo: Pesadilla Parte 2: Taiyuan-Beijing